Dice el profesor Leandro Labaceno Martínez que cuando inició sus vínculos con el deporte y la Educación Física allá por el año 2006, en la comunidad salvadoreña de Bayate, nunca pensó que el tenis de campo pasaría a ser vital en su vida diaria, pues era una disciplina que solo conocía metodológicamente.

“En aquellos tiempos, alternaba los estudios los sábados, en la sede universitaria del municipio El Salvador, con el trabajo en el Combinado Deportivo como profesor de voleibol. Durante varios años estuve atendiendo diversas zonas del Plan Turquino en el municipio, y ocupé diferentes cargos en la Dirección municipal de Deportes hasta 2019”, cuenta Labaceno Martínez.

Las diversas circunstancias y dificultades a la hora de trasladarse desde su nueva residencia en el municipio cabecera, unido a la amenaza de la COVID-19, lo hicieron ponerse a disposición de la Dirección provincial de su sector, para ejercer la tarea que le convocaran en la urbe del Guaso y así llegó la propuesta vinculada al tenis.

“En los estudios universitarios nos preparan para cualquier deporte que use pelota o sea de combate, pero este nuevo reto me exigió cuantiosas horas de estudio en libros, seminarios y talleres para actualizar mis conocimientos sobre la técnica. Fue de mucha ayuda que mi cómplice en esta nueva etapa fuera el profesor Alfredo Elizástigui Romeli, quien era entrenador de este deporte y me acompañó desde El Salvador”, confiesa el entrevistado.

El local escogido para empezar a practicar el tenis de campo fue la cancha ubicada en Martí entre Prado y Jesús del Sol, la cual es de las áreas deportivas más antiguas de la urbe y que en ese momento se encontraba abandonada y en pésimas condiciones. Por muchos años, la recuperación de este espacio fue un planteamiento de la comunidad, labor que exigió descombrar por completo el piso, recuperar los baños y demás tareas de embellecimiento que permitieran su uso.

Esta cancha actualmente, en el horario de la mañana, es utilizada por las escuelas de la comunidad para la realización de las clases de Educación Física y a partir de las 3:00 de la tarde se convierte en el “Wimbledon” -evento oficial de tenis más antiguo del mundo, con sede en Londres- para los infantes que allí entrenan. Es común pasar por el área y ver a niños de apenas seis o siete años cargando una raqueta.

“Desde temprana edad comienza un proceso de captación en las escuelas de la comunidad y muchos de los pequeños que iniciaron junto a mí en esta aventura, han participado en los torneos municipales y provinciales, y alcanzado en colectivo el primer lugar provincial y teniendo siempre presencia en los Juegos Escolares Nacionales en la categoría pioneril de 9 a 10 años y en la categoría escolar comprendida de 11 a 12 años”, comenta.

Confiesa que aunque todavía a nivel nacional no se haya alcanzado un resultado relevante, se han mejorado año tras año: en 2023 en la categoría 9-10, el puesto 12 y en el apartado 11-12 el 14 y el año pasado en el 9-10 subieron tres escaños y en el 11-12 cuatro. En este año tienen como objetivo colarse entre los ocho primeros lugares, además de competir en el segmento 13-14 años.

¿Cómo es el trabajo con los niños tenistas?

Es una ardua labor que exige mucho esfuerzo y comprensión, pero que te premia cada vez que llegas y los ves correr para arriba de uno llenos de alegría. En la semana dedicamos tiempo, junto a la práctica, al estudio teórico-táctico de este deporte e incluso cuando no se puede entrar en el terreno debido a la lluvia, aprovechamos para ello.

El tenis es un deporte complejo que exige una gran coordinación a la hora de utilizar la raqueta, como extensión de tus brazos. Al mismo tiempo, los niños deben adquirir con la práctica una orientación en el espacio para saber posicionarse en el terreno y esto solo se puede lograr con mucho juego.

A mí pesar queda el no poder contar con el ciento por ciento de los medios necesarios, debido a la difícil situación económica del país y a que estos útiles son caros. Hay que ver lo que cuesta una raqueta o una pelota, pero también el gran nivel de compromiso y esfuerzo de estos niños día a día en los entrenamientos. En estos tiempos, en los que la mayoría están cada vez más pegados a los teléfonos y a las computadoras, es muy gratificante verlos venir a la cancha.

¿Quiénes te acompañan en este empeño?

Actualmente trabajan conmigo los profesores Yarisleidis Correa Reyes y Reinier Elizástigui Brooks, como parte del colectivo de entrenadores que trabaja con los niños. Un factor determinante en el desarrollo de los atletas ha sido la creación de un Consejo de padres que siempre está dando su apoyo en cada tarea.

Gracias a los padres se ha logrado mantener esta área, si hace falta una pintura o algún equipo para realizar nuestra labor, han estado ahí para apoyarnos. De la gran compenetración que hay entre ellos y nosotros salió la idea de celebrar cumpleaños colectivos.

Actualmente y ajustándonos siempre a la situación económica, hemos coordinado una sola celebración al año, pero que abarque a toda la familia de los niños, porque lo que no puede pasar por alto es el estímulo a estos atletas y la unión entre todos los involucrados, que ya somos una familia.

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