intensivista GuantánamoJuan José Vázquez Nassiff .A Juan José Vázquez Nassiff no lo encontramos hoy en medio de la cotidianidad de la sala de terapia intensiva del Hospital General Dr. Agostinho Neto, en la ciudad de Guantánamo. A más de 80 kilómetros su realidad se define entre cuatro paredes donde podría convivir por momentos con una pandemia. Allí la protección marca rituales a la hora de vestirse, a veces solo se le reconoce por sus ojos y las iniciales de su nombre en el traje.

El joven intensivista junto a otros colegas guantanameros apoya por estos días las labores en el hospital Dr. Ambrosio Grillo, principal centro de atención a pacientes sospechosos de la COVID-19 en Santiago de Cuba, uno de los episodios de solidaridad que se gestan al interior del Archipiélago en esta batalla sanitaria y que asumieron tras un previo proceso de preparación.

“Desde finales de enero comenzamos a recibir una capacitación relacionada con este nuevo virus que partió del estudio de sus características, cómo se comportaba en China, lo que podía suceder en Cuba; en una segunda etapa abordamos temas como las medidas de bioseguridad, la principales complicaciones, y el tratamiento.

“Se nos pidió la disposición como parte de la brigada Henry Reeve para prestar servicio en otras provincias, o incluso fuera del país y nosotros la dimos”, así lo explica el galeno.

Desde el día 21 de abril él y sus compañeros llegaron al Ambrosio Grillo, centro en el cual trabajan diariamente en turnos de 12 horas en la sala de cuidados intensivos, donde les ha tocado atender a personas con diferentes complicaciones de salud; saben que el peligro de tocar la COVID-19 con sus manos es una posibilidad.

“Acá se atienden todos los pacientes graves con infecciones respiratorias agudas. Tras realizarle el PCR de dar negativos se mantienen en esta sala, y los positivos inmediatamente se trasladarían al Hospital Militar, por lo que el riesgo del contacto con la enfermedad está presente. En estos momentos la sala cuenta con siete camas, aunque hay condiciones para aumentar ese número si fuera necesario en algún momento”.

A pocos días de su estancia en el lugar, la entrevista vía telefónica le robaba parte de su tiempo de descanso unos minutos pasadas las 7 de la noche, y aunque comentaba que hasta ese momento no se había diagnosticado ninguna persona positiva a la COVID-19, ya había tenido casos complejos: “Hemos atendido pacientes ventilados con patologías como la insuficiencia renal crónica, la hipertensión arterial, cardiopatía dilatada, pero todos con sepsis respiratoria”.

Pese al ajetreo que implica trabajar en una sala de terapia intensiva su voz tras el teléfono conserva una calma tal vez cómplice del agotamiento. Me habla de la concentración como un elemento clave en el trabajo y de estar consciente de que los retos son varios:

“Primeramente se trata de salvar la vida del paciente y garantizar que se vaya los más recuperado y rehabilitado posible, también asegurar la protección nuestra para poder salvar la vida de ellos, y mantener en alto el prestigio de la medicina guantanamera acá”, comenta Vázquez Nassiff.

intesivista Gtmo 2El intensivista Juan José Vázquez Nassiff, colabora en la provincia de Santiago de Cuba en el principal centro de sospechosos de la COVID-19.

De Guantánamo afirma extrañar mucho su familia, sus amigos, su novia, el barrio; su principal pasatiempo, el estudio, al que suele dedicarle buena parte de su vida ahora se ve más limitado por la necesidad del descanso tras la agotadoras jornadas, pero todavía tendrá que esperar para que los reencuentros disipen la nostalgia.

“Acá trabajaremos durante 14 días, luego iremos por igual período para un centro de cuarentena y posteriormente será que nos trasladaremos hacia Guantánamo”.

Ante la pregunta si está planificado el retorno a Santiago de Cuba en algún momento, comenta que ellos dieron su disposición y de ser solicitados lo asumirán. El intercambio con el equipo de trabajo de la vecina provincia también le deja satisfacción en sus recuerdos.

“Tengo muy buena impresión del personal médico de acá, muy atento y calificado, las enfermeras magníficas, nos brindan de su café, muy respetuosas y preparadas”.

Juan José sabe que en la sala de terapia intensiva del Ambrosio Grillo podría verse el rostro más feo de la COVID-19, y que la vida depende de alientos que esta enfermedad es experta en robarse, él y otros guantanameros cuidan de esos alientos con la esperanza de que no formen parte de las cifras mortales de esta pandemia.

Comentarios   

+1 #1 Enma 30-04-2020 12:54
Doctor jose Vazquez le deseo lo mejor del mundo por su responsabilidad y entrega a su trabajo , le deseo que siga superendose a su profesion , una profesion bella cuidese mucho que dios lo preteja y que sigas asi con entrega a los pacientes , soy estadistica d ela direccion provincial de salud de guantanamo lo felicito por su magnifica entrega un saludo grande d ela estadistica Enma .
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+1 #2 Enma 30-04-2020 12:58
Doctor me emociona mucho cuando veo la entrega de nuestros medico cubanos se me llenan los ojos de lagrimas siga como va entreganose a salvar vidas en el mundo , lo felicito tengo un solo hijo esta en 11no grado y quiere ser medico veterinario adora a los animales como madre soy participe de su escuela en todo para ayudarlo a lograr lo que mas desea se estudia en bayamo desde lejos seguire apoyandolo a usted felidades por su entrega no s edetanga jamas siga superandose que dios le de siempre su vendicion un saludo desde el departamento de estadistica provincial de guantanamo Lic: Estadistica Enma .
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0 #3 Maria 05-05-2020 13:42
Mi amigo, la labor que haces es digna de admirar espero y confio en que te cuides mucho te deseo al igual que tus colegas regresen pronto y sanos. Te quiero
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