Coronado por La Fama, mensajera de Zeus para propagar las buenas y malas noticias, el Palacio Salcines, la más excelsa expresión del eclecticismo monumental guantanamero, es orgullo de la ciudad de Guantánamo, sexta más poblada de Cuba, próxima a cumplir 150 años de existencia como Villa, título otorgado por la corona española el primero de diciembre de 1870.
La escultura, obra del artista italiano Américo J. Chini, y el Palacio concepción integral del arquitecto guantanamero José Lecticio Salcines (1889-1974) son iconos citadinos. La una devino símbolo de la ciudad por consenso popular refrendado por la Asamblea Municipal del Poder Popular en abril de 1993 y el otro, con su inseparable Diosa, es monumento local desde 2002 y obra arquitectónica de referencia en Cuba desde 2011.
De 1919 data la construcción del edificio de tres niveles erigido como vivienda del arquitecto y su familia, cuya planta baja funge hoy como Galería de Arte, mientras el segundo piso (en restauración) es asiento del Museo de Artes Decorativas y en el tercero radica el Centro provincial de Patrimonio.
El edificio acrecienta su valor histórico y patrimonial por la estética de sus cenefas y pinturas mulares interiores y los adornos decorativos de las fachadas y cornisas, construidas por el maestro de obras José Ma. Cantalapiedra.
