Solo 600 metros restan para terminar la instalación de los 9.6 kilómetros de la conductora Jaibo Bano, una de las tres obras emergentes orientadas a inicios de año para enfrentar el deficitario abasto de agua a la población de la ciudad de Guantánamo, ante la depresión de la presa Faustino Pérez.

La obra, que debía tener valor de uso desde finales de mayo, se atrasó debido a la baja disponibilidad de combustible diésel en la provincia y, en los últimos días, por la dureza de la roca que se encontraron en el tramo que atraviesa el barrio de Palmira, de camino a la estación de bombeo Bano.

Para avanzar en el zanjeo, informó Alexey Aranda Bonne, director de inversiones de la Delegación provincial de Recursos Hidráulicos, se recurre a un martillo neumático para fracturar la roca que luego debe retirar la retroexcavadora, lo cual reduce considerablemente el ritmo de ejecución.

No obstante los inconvenientes, la brigada ejecutora de la Empresa de Mantenimiento y Rehabilitación de Obras Hidráulicas planea entregar la inversión a mediados de este mes, e inyectarle a la ciudad unos 300 litros por segundo de agua desde el caudal de Jaibo.

A pesar de que se mantienen las dificultades con el carburante, precisó el directivo, se prioriza el destinado a la obra y se dispone de todo lo necesario, incluida la tornillería y una pieza en forma de Y ejecutada por Guanco, para conectar la tubería a la estación de Bano Arriba.

Una prueba hidráulica, realizada en los primeros kilómetros de la conductora donde se encuentran las pendientes más altas, probó la efectividad de la obra para traer el agua por gravedad desde la presa Jaibo, que tiene un vaso de 120 millones de metros cúbicos, el segundo más grande de la provincia.

Con la incorporación de Jaibo al esquema de distribución del Acueducto Guaso, que abastece a más del 65 por ciento de la ciudad de Guantánamo, se fortalecerá considerablemente la capacidad de la urbe para enfrentar los periodos secos, cada vez más largos y frecuentes.

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