No debemos tener miedo a lo desconocido ni a superarnos a nosotros mismos; un ejemplo de ello es Yamilka Álvarez Ramos, quien dirigió el periódico Venceremos de 2007 a 2017, etapa que califica como “años de mucha tensión”, por la responsabilidad que conllevaba y sin tener vinculación profesional anterior con el medio, pero asumió el reto.
“No tengo ninguna influencia cercana hacia el periodismo, al entrar al preuniversitario empecé a escribir, a leer bastante, me fue llenando, me fue calando, me empezó a gustar e interesando en cómo se hacía, me fui preparando para la prueba de aptitud de Periodismo para llegar con mejores condiciones, y pude salir airosa”.
Empezó a trabajar en la emisora CMKS, 10 años haciendo periodismo en la calle con Marta Reyes, después transitó por diferentes puestos de dirección hasta llegar a subdirectora de información de la planta radial provincial. En el 2007 le asignaron la tarea la dirección del periódico.
“Durante mi tránsito por Venceremos tuve variadas dificultades, pero uno siempre trata de quedarse con lo mejor, primero me enfrentaba a un medio del que solo conocía desde las prácticas laborales y lo que dimos en la universidad. No es lo mismo la radio que el periodismo impreso, revisar en un periódico lo que se escribe y también escribir.
“Llegué y encontré una fuerza muy diezmada, no había casi periodistas, solo tres. Era muy difícil trabajar en esas condiciones, pero lo fuimos sacando adelante no con el periódico que se quería, sino el que se podía, lo otro fue la falta de recursos materiales y tecnológicos”.
Según Álvarez Ramos, el contenido de un medio de comunicación depende de todo el que interviene en el proceso, y su revisión y evaluación es vital. En las comisiones de calidad y en el consejo editorial intervenían por áreas de trabajo profesionales con experiencia y conocimientos para evaluar cómo quedó, qué le faltaba y en qué podían equivocarse.
“También hacíamos intercambios con los lectores para saber qué piensan las personas de lo que redactamos, hacían sugerencias, opiniones, escribían cartas, correos electrónicos, lo que constituyó un proceso de retroalimentación.
“El periódico sale a la calle y todo el mundo lo lee, parte de la crítica pesa mucho en uno que lleva las riendas de un medio de comunicación. Sentí satisfacción en esa etapa, ya que publicamos gran cantidad de trabajos de investigación de impacto en la sociedad, por ser muy críticos y profundos.
“Me siento orgullosa de haber contribuido al prestigio del periódico, a su reconocimiento social, a que creciera como medio de prensa y cambiara sus dinámicas, aportar cosas nuevas que contribuyeran a mejorar la calidad”.
Uno de los principales papeles del periodismo es cuestionar lo que no está bien, en nuestra provincia esta labor todavía le falta camino por recorrer, llegar a la línea de meta se ha convertido en algo imprescindible.
“Se tiene que seguir empujando más, nos falta crítica, no de francotirador, sino de análisis integral de todo los fenómenos que afectan a la sociedad guantanamera. Nos falta autopreparación, inmediatez… los periodistas no deben ser sus propios sensores.
“Hay que profundizar más en lo objetivo y lo subjetivo para construir una sociedad mejor, no es que estemos estáticos, pero depende de nosotros como prensa la responsabilidad y de los periodistas el compromiso para cumplir la función social que tiene: escribir, cuestionar, confrontar las fuentes, argumentar, y hacer un mejor periodismo”, concluyó.