leinier sicologo ciegoPara Lenier Soto Hernández la discapacidad no es una limitación para insertarse en la sociedad y ejercer una profesión

Cuando se habla con una persona carismática no se ven problemas, simplemente ríes y ya está. Mucho más cuando te cuenta toda su vida en pocos minutos en una acera del estadio en la ciudad deportiva, relato durante el cual defiende: "si hay una cosa que yo no conozco es la pena".

 

Empezamos con nervios y terminamos con risas, como sólo lo consigue una persona con buenas vibraciones, que siempre le ha gustado ayudar, como me cuenta Lenier Soto Hernández, sicólogo en el policlínico 4 de abril, del consejo popular San Justo de la ciudad de Guantánamo y con quien Venceremos conversó para conocer su historia.

 

Lenier tiene una peculiaridad, desde pequeño carece de uno de los cinco sentidos: la visión, pero eso no ha sido impedimento para lograr lo que es hoy y encauzarse hacia una carrera como esta.

 

"Mi familia quería que me inclinara por el Derecho, el Periodismo o por la Fisioterapia, pero tras una conversación ocasional con una psicóloga, me aconsejó y decidí que quería ser psicólogo. Siempre me gustó vincularme a personas con alguna necesidad, que ellos no pudieran resolver.

 

Otro referente que subrayó la idea de empezar en ese mundo de la mente humana fue conocer a un sicólogo ciego, Adán, de Caimanera, “que me estuvo hablando acerca de la Sicología y los métodos que él como discapacitado empleó para poder incursionar en la carrera y todo el camino que tenía recorrido. Eso fue un medio de inspiración para mí", comenta.

 

Obstáculos por superar

 

"Una limitante no es la situación que presentes, sino el empeño que pongas por delante para continuar", me cuenta Lenier al explicarme el camino recorrido en la Universidad de Ciencias Médicas de Guantánamo, lugar donde se enamoró cada vez más y venció las dificultades que pudieran encontrarse en el trayecto.

 

"El primer semestre del primer año fue difícil, pero continué. Ya en el tercer año descubrí que no solamente quería quedarme en la Sicología de la Salud sino que me gustaba la Sicología General porque era mucho más abarcadora, entonces me propuse adelantar asignaturas y me gradué como tal”.

 

"Cuando comencé a trabajar, la experiencia fue impactante. No es lo mismo ser estudiante, cuando estás detrás de un pupitre, recibiendo contenido. Como trabajador, tengo la responsabilidad de impartir los conocimientos a lo largo de mi carrera".

 

"Es un tanto difícil, ya que no sé si podré llegar a los demás con la misma facilidad que los profesores me enseñaron. No sé si las personas que me escuchan me entenderán o si podré interactuar efectivamente con ellos. Uno se pone nervioso, formula mil preguntas en su mente que van teniendo respuesta a lo largo del desempeño laboral."

 

Experiencias que marcan y trascienden

 

Con 10 años de trabajo en el policlínico de San Justo y, vinculado a los consultorios 36 y 39 pertenecientes a la ciudad deportiva, ha tenido altas y bajas a la hora de desempeñarse. Comenta que por parte de sus colegas no existe discriminación, pues los trabajadores de la salud están preparados para asimilar todos los casos, pero con los pacientes es más complejo.

 

"Algunas personas se sorprenden al verme, un discapacitado atendiendo a pacientes. Se formulan unas cuantas preguntas también, cómo lo hace si no me ve, tendrá un diagnóstico certero sobre la problemática de mi niño, o sobre la mía ya que atendemos población abierta.

 

"Algunos se maravillan y me ven como alguien que ha podido crecerse ante la vida, pero otros tienen resistencia. De hecho tuve una vivencia en la que una madre se negó a que atendiera a su hijo mientras decía: ¡ay no, un ciego no!.

 

"Entonces le dije que la discapacidad no está en la afección que tú presentes, sino en las cosas que tu pongas en contra de ti mismo porque discapacitado no es quien tenga una problemática, discapacitado es quien quiere serlo. Hay muchos métodos para llegar al diagnóstico de su hijo, yo estoy en la mejor disposición de atenderlo.

 

"Aunque decidió irse, comprendo que no todos tienen las mismas perspectivas. Estoy siempre dispuesto a ayudar, sin importar las limitaciones de los demás, pero tristemente no entendió que todos tenemos las mismas posibilidades para realizar nuestros sueños. "

 

El poder del conocimiento compartido: impartir cultura y ayuda

 

Dedicación es de los pilares fundamentales en su trabajo, que comparte con otro colega. Ambos se dedican con entrega a atender a personas en busca de soluciones a sus problemas de salud, brindándoles las herramientas necesarias para enfrentar los desafíos de la vida.

 

Lenier encuentra una fuente de motivación en los testimonios de sus pacientes los cuáles le dicen: Mire, estuve poniendo en práctica lo que me dijo. He logrado vencer mis temores, vencer la timidez, he logrado...

 

“En fin, eso creo que no solo a mí sino a cualquier personal de la salud que trabaje con población le daría mucho regocijo”.

 

El especialista entiende la importancia de establecer una conexión sólida y empática con los pacientes, lo cual no solo se basa en su profesionalismo, sino también en su genuino deseo de ayudar y en su pasión por lo que hace. Cuando éstos perciben esta actitud, se sienten en confianza y abren su corazón.

 

"De esta forma podremos llegar juntos al éxito, que resulta de la empatía que establezcas en la relación médico-paciente o paciente-personal de la salud. Si se logra establecer esa relación entonces el diagnóstico será fructífero y certero", explica.

 

Tiempo libre y apoyo familiar: claves para el equilibrio y la superación

 

Cuando le preguntamos al especialista sobre su tiempo libre, comenta con entusiasmo cómo encuentra un equilibrio en su vida. Entre sus pasiones se encuentran ser pastor misionero junto a su esposa en la Iglesia Metodista ubicada en la calle Máximo Gómez y Aguilera, en la ciudad de Guantánamo.

 

Además, le gusta montar bicicleta, entrenar a su perro y practicar deportes como el levantamiento de pesas. Anteriormente, solía dedicarse a la escultura utilizando cerámica y cera, una forma artística que le permitía expresarse y explorar su creatividad.

 

A lo largo de la vida, la familia ha sido un pilar fundamental en su desarrollo y logros profesionales. Desde la infancia jugó un papel protagónico en su educación, especialmente la madre, quien le leía libros toda vez que el sistema Braille tiene escasa disponibilidad de materiales.

 

"La gran mayoría de los libros no están escritos en Braille y entonces mi esposa e incluso mis hijos han tenido que leerme, estudiar conmigo y un poco que graduarse de psicólogos para poder tener un título en las manos y ver que yo desarrolle un conocimiento, una cultura general", explica.

 

Entre las metas del sicólogo está promover la conciencia y la educación en la sociedad sobre las personas con discapacidad. “En la vida –apuntó- te encontrarás individuos que cuando lleguen a tu consulta, van a decir ‘Wao, ¿qué es esto?, algo nuevo, novedoso’. Entonces, tienes que inculcar en esos pacientes la educación de que los discapacitados son normales. El hecho de que tengan una limitación no impide su valor social”.

 

"La gente tiene que percibir, a través de ti, que eres un profesional. Cuando ellos ven que puedes, cuando encuentran respuesta y solución o mejoría a sus problemas de salud, entonces comienzan a comprender que la discapacidad realmente no es un problema", finaliza.

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