Carlos MOreriraMoreira Carbonell: “Un buen pedagogo debe ser ejemplo de superación y auto-preparación”.Un profesor es el mayor bien que posee la sociedad. Su responsabilidad en la construcción de conocimientos, la trasmisión de valores, el fomento del pensamiento crítico y la guía de los estudiantes hacia el éxito académico y profesional, es algo que debemos proteger y agradecer siempre.

Justo cuando llega la Jornada del Educador, en este mes de diciembre, Venceremos apuesta por sacar a la luz historias que demuestran el aporte sustancial de los maestros al crecimiento de la provincia de Guantánamo y el país. Ese es el caso de Carlos Moreira Carbonell, Doctor en Ciencias Pedagógicas y profesor titular de la Universidad de Guantánamo (UG), ejemplo de cómo un profesor bien preparado inspira pasiones, desbloquea talentos y cambia vidas para siempre.

 

La decisión de enseñar

 

“Soy graduado de Licenciatura en Letras y siempre le tuve aprecio y admiración a los profesores que me formaron en la Universidad de Oriente. Allí fue que empecé a cogerle cariño a esa noble tarea, de la mano de profesores muy reconocidos y de mente brillante como Francisco Pratt Puig y Carilda Oliver Labra.

 

“En 1995, comienzo a trabajar como profesor de crítica de arte en el Centro de Superación para la Cultura, donde estuve cinco años e impartí varias asignaturas relacionadas con la enseñanza artística”, agrega.

 

“Posteriormente me trasladé al Centro provincial del Libro y la Literatura en la provincia como especialista del Centro de Arte y Literatura Regino E. Boti Barreiro, pero no fue hasta el año 2000 que decidí dedicarme completamente al magisterio en la asignatura de Historia, Filosofía y Arte latinoamericano, caribeño y republicano, en la escuela de Instructores de Arte”.

 

Educar e investigar, dos pasiones para la vida.

 

Para Carlos, ser educador implica ante todo consagración, compromiso, responsabilidad y amor por la profesión, por los otros...

 

“En el 2008 me convertí en el primer máster en Ciencias de la Educación y luego de forma acelerada realicé un doctorado de un año en La Habana –explica- y en el 2013 me trasladé a la UG donde empecé en el Departamento de Español Literatura”.

 

“Después pasé al Centro de Estudios de Educación como investigador, rama en la que más me he desarrollado luego de la pedagogía. He sido tutor de tesis sobre problemas que afectan el sistema educativo, como la Orientación didáctica en preuniversitario de la doctora Yamilé García, creo que la ciencia ayuda y puede hacer más por la educación tanto como estar frente a un aula”.

 

De hecho, en la actualidad tiene bajo su tutoría 12 estudiantes aspirantes a graduarse en el próximo año, además, es jefe del Departamento de Español Literatura en la UG.

 

“El profesor que ama lo que hace es capaz de ayudar a sus estudiantes a transformar el mundo”, apunta Carlos, un educador que bien pudiera servir de inspiración a muchos otros en su campo.

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