reportaje llegada harina 1Guantánamo recibe esta semana la harina necesaria para la producción de pan para toda la población y los servicios de la merienda escolar, Salud, Deportes…

Es lunes 11 de marzo. El reloj marca las ocho de la noche y la ciudad de Guantánamo se sume casi completamente en la oscuridad. Los canales de información explican que el déficit de generación para este día es superior a los 50 MW en la provincia.

 

Quienes disfrutan energía se apuran para servir la comida y terminar otros quehaceres; los más aguardan por el regreso de la electricidad y en medio de ese contexto, en el kilómetro dos de la carretera a Baracoa, el tiempo corre más deprisa y crece el ajetreo de trabajadores de una UEB de la Empresa de la Industria Alimentaria encargados de la descarga de harina.

 

Son hombres que literalmente sobre sus hombros cargan miles de kilogramos de harina en sacos, cuyo destino es la elaboración del pan de la canasta básica y otros servicios en el territorio. Suman decenas estos servidores anónimos a quienes el polvo al amanecer cubre manos y rostros… el cuerpo entero, muestra del sostenido esfuerzo para garantizar el aprovisionamiento de Guantánamo con el preciado producto.

 

“Es un compromiso con el pueblo y con uno mismo como trabajador del sector”, afirma Félix Romero Romero, uno de los estibadores en cuyos hombros, a pesar de sus 62 años de edad, descansa el peso de la harina de la más oriental de las provincias de Cuba.

 

“Cargamos sacos de 45 y hasta 50 kg, sin parar, uno tras otro, en nuestras manos está la garantía del pan para los niños, las embarazadas, los adultos mayores, los enfermos de hospitales, quienes sí no pueden esperar.

reportaje llegada harina 2Félix Romero: “Tengo 62 años pero muevo sacos como el que más”.

“Aquí las jornadas laborales superan las ocho horas, pero uno se acostumbra a todo, al peso de los sacos, al trabajo de lunes a lunes… lo que cuenta es vaciar los camiones y para eso estamos todos hasta las cuatro de la madrugada o más, como pasó este lunes”, revela Romero Romero.

 

Eslan Expósito Guerrero, quien dirige la UEB de Mantenimiento Inversiones y Aseguramiento hace más de dos años, explica que allí se labora en dos turnos: de 7:00 am a 3:00 pm y de 3:00 a 11:00 de la noche, rotativamente, sin embargo, en los últimos días por la situación con el combustible, el segundo turno es el que más carga de trabajo suele recibir, y sus jornadas se extienden hasta vaciar los camiones, ¡y suman muchos en el día!

 

“Claro que no solo trabajan los estibadores (5 por turno), tenemos un responsable de almacén, una cocinera, un despachador y dos agentes de seguridad, que se rotan de manera tal que, logramos descargar el producto y despacharlo a los municipios con prontitud y seguridad, a la vez velamos por el bienestar del trabajador, imprescindible para ejecutar esta esforzada tarea.

 

Tras apuntar que no existen las mejores condiciones laborales y que el salario de los estibadores apenas ronda los 2 mil 900 pesos, asegura que eso “no desestimula a la tropa, la cual, de hecho, ha permanecido por años en el puesto laboral con mucha disciplina, sentido de pertenencia y organización; esto último ha sido vital para la sostenibilidad del colectivo”, asegura Eslan Expósito.

reportaje llegada harina 3Eslan Expósito: “A este colectivo lo caracterizan la alta conciencia de la importancia de su labor para el pueblo, la disciplina, sentido de pertenencia y organización”.

 

Eneldis Matos Romero, director provincial de la Empresa, significa la fortaleza que constituye este colectivo (hombres y mujeres) para el sector de la Alimentaria en las actuales circunstancias.

 

“La incondicionalidad de ellos y disposición a esperar, bajar y luego entregar la harina, prácticamente sin descanso, cuando se les convoca, es algo digno de reconocer, porque aunque ciertamente les corresponde en su objeto social, esas horas extras que dedican, es tiempo lejos de casa, tiempo en el que pudieran estar haciendo otras gestiones para sus familias o para sí mismos, y sin embargo, delegan todo a segundo plano.

 

“Si dependiese de esta gente, la harina no faltaría en Guantánamo porque podremos descargarla con rapidez y eficiencia. La población puede estar confiada”, señala Matos Romero.

 

El circuito de la harina

 

La producción del pan, principalmente para la canasta básica, depende de un trabajo intersectorial substancial. El seguimiento y control desde el Gobierno provincial y los municipales, así como el vínculo entre Transporte y la Alimentaria son alianzas decisivas para el éxito de esta loable misión.

 

Así lo entiende Antonio Gamboa Mellina, chofer con más de 30 años de experiencia en la transportación de carga hacia Guantánamo, desde los más disímiles parajes, lo mismo en La Habana que en Baracoa.

 

“La cuestión es servir a la sociedad. Yo lo mismo llevo harina, que arroz, frijol, azúcar… en cualquier horario del día que me convocan, consciente de la situación que vive el país con el combustible y la alimentación.

 

“En estos tiempos ser chofer de una rastra o contenedor es el trabajo más noble que existe y estoy orgulloso de hacerlo, además sin provocar accidentes y cuidando la técnica tanto como a mí mismo para seguir sirviendo a la sociedad”.

Gamboa Mellina es de esos guantanameros que alimentan la fe de miles de personas con su espíritu irredento.

 

Él junto con la tropa que desde este lunes se afanan en garantizar para Guantánamo la llegada de hasta el último saco de harina para la estabilidad del producto en el territorio, son el vivo ejemplo de la veracidad de aquel slogan que acompaña a la provincia en su proyección de futuro: #JuntosPodemosMás.

reportaje llegada harina 4Antonio Gamboa: “Si depende de la transportación de carga no fallará la llegada de la harina al Guaso”.

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