Escuché hablar de la recuperación de tierra en el balance del trabajo de 2023, del Ministerio de la Agricultura en la provincia de Guantánamo, pero no imaginé la magnitud de la tarea, la cual constaté en las visitas a los diversos escenarios donde se desarrolla; en los diálogos con directivos agrícolas, productores, operadores de buldóceres… y, como vista hace fe, en los sembradíos en desarrollo.
El esfuerzo es colosal y emergente. Colosal por su magnitud (son cientos de hectáreas las que se recuperan solo en este año, para totalizar unas 700 desde que en 2022 inició el programa) y por los recursos que demanda, sobre todo, combustible y buldóceres. Dicho sea de paso, el combustible lo asegura el Gobierno en la provincia con la prioridad que amerita la tarea. Emergente, por lo que significa en la producción de alimentos para la población del municipio, especialmente de la ciudad de Guantánamo, habitada por más de 200 mil personas.
El programa de recuperación de áreas agrícolas inició en 2022 por Arroyo Hondo, con las primeras 50 ha. Un año después, en esa zona se rescataron otras 200 y, en 2024, deben sumarse 50 más, para totalizar 300 solo en esos predios. En el caso de esa comunidad se trata de tierras en desuso por años, pertenecientes a AzCuba, asignadas en préstamo a la Agricultura hasta 2030, relata Humberto Ortiz Imbert, director de la recién constituida Empresa Agroindustrial Guantánamo.
Ingeniero agrónomo y en mecanización agrícola, Ortiz Imbert señala como otros escenarios principales en que se libran suelos del marabú (Dichrostachys cinerea) La Jabilla, Paraguay, Santa María, Montgomery y Tumbalabana, en este último sitio, puntualmente, en la Cooperativa de Crédito y Servicios (CCS) Mariana Grajales.
Tierras redimidas sembradas de arroz en La Jabilla.En La Jabilla, puntualiza a modo de ejemplo, en 2022 se liberaron de la indeseable Dichrostachys 40 ha, las cuales se asignaron a campesinos de la CCS Enrique Campos y a usufructuarios vinculados a esa forma de producción. En 2023 se sumaron allí otras 50 ha, y en el presente año se prevén 150 más, de las cuales unas 80 ya están desbrozadas.
“El objetivo principal es sembrarlas de cultivos varios y arroz en la presente campaña de primavera. Esas tierras constituyen patrimonio de nuestra empresa y se entregan en usufructo, lo mismo que 40 ha en recuperación en Santa María”, donde antes funcionó el mayor huerto intensivo del país.
Las tierras que hoy se reconquistan en La Jabilla se ubican en las proximidades del Centro de Alevines y un poco más allá. En su historia reciente esos predios albergaron la máquina de riego de pivote central más grande de Cuba (del tipo Fregat), que en la descripción de su circunferencia irrigaba cerca de 70 ha, unas cinco caballerías.
También se fomentaron allí, en la década de los 90, plantaciones de plátano fruta, que junto a las del microjet 24 de Febrero, de Imías, llegaron a la cúspide de los rendimientos en el país. Desafortunadamente ambas cosas se perdieron, o mejor, se abandonaron, tanto, que los terrenos se convirtieron en frondosos y espesos marabuzales, a cuya eliminación hoy nos enfrentamos.
“El accionar por crecer en áreas contempla también el rescate del polo platanero de Chutines, vinculado a la empresa. En tal sentido se labora en el restablecimiento de las electrobombas y del sistema de riego”, agrega Ortiz Imbert, y significa:
“Como resultado del esfuerzo que ahora se realiza debemos terminar el presente año con las mencionadas 700 ha recuperadas y en producción, todas en terreno llano y con riego garantizado, factor decisivo en el logro de las cosechas y los rendimientos”.
Recuperar áreas es más que desbrozar
Recuperar áreas exige liberarlas de marabú mediante el buldoceo, balizarlas (significa extraer y agrupar la maleza persistente después del desbroce) también con buldócer, roturarlas, surcarlas, actividades todas que demandan un alto consumo de combustible, tanto por los medios pesados que se emplean como por la dimensión de las actividades, hasta finalmente sembrarlas. En un segundo momento se prevé la limpieza y el rescate de los sistemas de drenaje, actividad vital en tierras con tenores de salinidad, sobre todo, en La Jabilla y Paraguay.
Chichito, platanero por excelencia, fue el primero en recibir nuevas tierras en usufructo en La Jabilla.El desbroce y el balizaje lo ejecutan la Empresa de Servicios Técnicos Agropecuarios, las Fuerzas Armadas Revolucionarias, el Micons y el campesino Pedro Manuel Dorado Matos (más conocido por Chichito), poseedor de un buldócer. Mientras que la preparación de tierra la asume, fundamentalmente, un pelotón de la Empresa Agroindustrial del municipio de Guantánamo.
Fundadores de Chutines en la reparación de una electrobomba.La mano de obra, es decir, la fuerza de trabajo para garantizar la explotación de las tierras redimidas proviene, esencialmente, de usufructuarios y campesinos con sus respectivas familias, y brazos de de las comunidades.
La voz de los productores
Es el caso, por ejemplo, de Wilmare Leyva Pineda, usufructuario con una nueva parcela en La Jabilla, y vinculado a la referida Empresa Agroindustrial.
Recuperación de áreas en La Jabilla.“El 18 de diciembre me otorgaron la tierra (20 ha), y el 11 de febrero inició el desbroce del marabú. Ahora estamos terminando el balizaje para alistar y sembrar en abril. Voy a comenzar con el plátano y la yuca, como está pactado con la empresa. Para ello cuento con trabajadores contratados y el apoyo de la familia”, relata entusiasmado el campesino, oriundo del Valle de Caujerí, perteneciente al municipio San Antonio del Sur.
En La Jabilla también adquirió su área en usufructo Yudín Laffita Estévez, asociado a la CCS Enrique Campos. Según refiere Humberto fue el segundo productor, después de Chichito, en recibir tal beneficio, que alcanza las 20 ha. “Tenemos montado el programa de siembra para comenzar en abril, también con el plátano y la yuca como cultivos principales. Para salir adelante dispongo de seis trabajadores, y espero sumar cuatro más”, dice con total confianza.
Dos ejemplos distinguidos, entre otros varios, cuando se aborda el resultado de la tierra recuperada y entregada en usufructo en el municipio de Guantánamo, lo constituyen los campesinos Raúl Díaz y el ya mencionado Pedro Manuel Dorado. Voluminosas fueron, sobre todo, las cosechas de fruta bomba, calabaza y frijol del primer productor en sus áreas nuevas de Arroyo Hondo; lo mismo que Chichito en La Jabilla con sus producciones de maíz, calabaza y arroz.
Raúl Díaz, uno de los mejores y mayores productores agrícolas de la provincia.Por cierto, en nuestra visita a Raúl Díaz esbozó las dificultades que afronta con el riego, no solo por las afectaciones eléctricas, sino también por problemas con el banco de transformadores en esa zona de Arroyo Hondo. Él tiene planificado sembrar maíz y calabaza, pero los problemas con el riego, de no resolverse rápido, pudiesen poner en peligro el buen comportamiento del primer renglón.
Mi buldócer vale lo que pesa
De derecha a izquierda Humberto, Wilmare, Raudelis y Hodelín, director de la Empresa provincial de Servicios Técnicos y Agropecuarios.La frase corresponde a Raudelis Domínguez Mestre y, de hecho, constituye un reconocimiento del operario a su buldócer PY 230-3, de procedencia china. “Está conmigo desde hace seis años, y no tengo queja de su calidad y rendimiento. Ahora, él y yo damos batalla aquí en La Jabilla, desbrozando y balizando marabuzales, una tarea dura, a veces riesgosa, pero necesaria para sumar nuevas tierras a la producción de alimentos”.
Trabajador de la Empresa provincial de Servicios Técnicos Agropecuarios, Raudelis casi ha vivido la mitad de sus 34 años sobre un buldócer, faena que, según sus palabras, ama porque le garantiza su sustento y el de la familia y porque disfruta realizarla.
De este joven hablan muy bien los directivos de la empresa y los productores beneficiados de su trabajo, por el empeño que pone para que la tarea se realice con calidad y en el tiempo programado.
De muchos protagonistas más se pudiese hablar en este reportaje, en correspondencia con la magnitud de la tarea de recuperar cientos de hectáreas de tierra agrícola, y hacerlas de nuevo productivas. Pero es una batalla que recién comienza y, que por su trascendencia amerita su seguimiento. Producir alimentos es hoy, recordemos, la prioridad Uno del país.
Parcelas también a organismos
Agustín Realin, delegado de la Agricultura en el municipio de Guantánamo.Agustín Realin Hernández, delegado de la Agricultura en el municipio de Guantánamo, asegura que la tierra la concede su organismo en usufructo gratuito, amparado en el Decreto 358, de 2018, y con aprobación de la Comisión de Asuntos Agrarios.
“En un ejercicio de control y uso de la tierra, realizado en 2023, identificamos mil 900 ha ociosas, en su mayoría del patrimonio de AzCuba. El muestreo nos conllevó a rescindir el contrato a 80 tenentes, entre usufructuarios y personas jurídicas, por causas como el uso indebido de la tierra, a la que ahora se le da mejor destino.
“Dicho ejercicio continuó desde el primero de marzo de este año, con un control especial a la masa ganadera”, argumenta el delegado, e informa además que el programa de concesión de áreas recuperadas y ociosas incluye a organismos. Al respecto precisa el otorgamiento de parcelas para autoconsumo a Comercio, Geocuba, Turismo, Comunales, Alojamiento, Etecsa, Cultura, Cárnico, y a la Región Militar, la cual ha sido ejemplarmente dinámica en el acondicionamiento y siembra de sus áreas.