Descendiente de pedagogos e historiadores, Luis Figueras Pérez heredó la curiosidad y la pasión para continuar con el legado familiar. Nació en 1942, en plena Segunda Guerra Mundial, hecho que años después despertó su interés por la historia.

A pesar de las carencias económicas por las que su familia atravesaba en su niñez, recuerda con cariño sus primeros acercamientos al estudio de la asignatura.

"Desde chiquito me interesó la historia. Recuerdo muchos hechos contados a través de los muñequitos que en mi época no eran animados en cines, sino a través de revistas con caricaturas, en las que aprendí sobre la Segunda Guerra Mundial y la lucha contra el fascismo. Hasta solía dibujar los personajes que veía en ellas.

“En mi adolescencia, con el sacrificio de mi padre, ingreso tiempo después al Colegio Sagrado Corazón de Jesús, hoy Secundaria Básica Pedro A. Pérez, donde se daba Historia de la religión, que a pesar de ser una narración un tanto subjetiva, nos motivaba a los más inquietos a buscar en otras fuentes", relata Figueras.

En el Colegio Sagrado Corazón, Luis lee por primera vez lo que en ese momento se consideraba literatura subversiva, como el periódico Sierra Maestra. Muchos de sus amigos del barrio, adolescentes por lo general ya pertenecían al Movimiento 26 de Julio, lo que terminó a largo plazo inmiscuyéndolo en el proceso revolucionario.

"Tenía un amigo, unos años mayor que yo, Manuel Moriya Núñez, o Nini, como le decíamos, que ya pertenecía a una cédula del Movimiento 26 de Julio. Él nos contaba cosas siempre que podía, hasta que tiempo después en 1957 nos enteramos que fue asesinado cubriendo la retirada de sus compañeros tras un alzamiento en el antiguo barrio de Filipinas.

“La muerte de Nini hizo que muchos de los que jugábamos con él nos acercáramos más al M-26-7. Ninguno pasábamos de los 15 años, así que en un principio nos daban tareas sencillas porque éramos algo imprudentes, incluso los más maduros nos miraban con un poco de temor, pues la inmadurez nos llevó a hacer acciones sin autorización que entorpecieron otras", recuerda.

Tras ser acosado y amenazado por uno de los asesinos del régimen de Batista, Romelio Otamendi Wilson (Miñingo), Luis es destinado a la Columna 18 bajo las órdenes de Félix Pena Díaz en 1958. Esto marcaría la posterior labor investigativa de Figueras, razón por la cual la mayoría de sus trabajos publicados reflejan los hechos de dicha época.

"El triunfo de la Revolución fue un momento de inmensa alegría. Cuando regresamos, todos nos abrazaban, no podíamos caminar de tantas personas emocionadas. Me licencié provisionalmente del Ejército Rebelde para continuar con mis estudios. Seguí investigando y recopilando documentos de la época porque en la sangre de un historiador está el tener una memoria de los tiempos que vive.

“Hablo de todo este contexto porque en mis investigaciones trato a profundidad los hechos de esa etapa, pues tengo un compromiso con ella. Además, porque a veces leo publicaciones de momentos históricos que yo viví, que no concuerdan con lo que en realidad pasó. La historia no es lineal, está cargada de conflictos y contradicciones cuyas soluciones son la ruta del progreso”, argumenta el historiador.

Entre sus obras publicadas por la editorial guantanamera El Mar y la Montaña se encuentran libros como La lucha clandestina en Guantánamo 1952-1958 y Guantánamo, insurrección, aportes para una cronología critica 1958, ambas obras junto a su esposa Marisel Salles Fonseca.

Luis ha dedicado parte de su vida a la pedagogía, de la cual se enorgullece debido al alcance profesional de muchos de sus alumnos y al recuerdo que ellos aún guardan de él. Su deseo de transmitir conocimientos no termina en las aulas, pues desde 1999 lleva un espacio de historia en la revista radial Por el dial, de la emisora CMKS, Radio Trinchera Antimperialista, donde pretende desarrollar el pensamiento crítico del oyente a través de la historia.

"En la radio trato de no solo anunciar una efeméride, porque una cosa es el hecho y otra incursionar de manera crítica en su causalidad, contextos y consecuencias. Suelo convocar al análisis en vez de imponer. Por esta razón siempre termino con la frase: Los hechos son sagrados, la opinión es libre, pues los sucesos no cambian, pero pasan por la percepción de quien los analiza.

“Trato siempre de tocar temas nuevos. Por eso vivo actualizándome, descargo información de Internet y la contrasto con la bibliografía que tengo. Al parecer, a la gente le gusta el espacio, porque muchos me reconocen en la calle. Siempre estoy abierto a los comentarios, de hecho, me gusta que lo hagan para así poder mejorar la sección", explica.

En su largo recorrido desde la lucha revolucionaria, su paso por Educación y en el sector dela Cultura, Figueras ha obtenido varias reconocimientos, como la Medalla de combatiente del Ejército Rebelde, la de la Lucha clandestina e internacionalista, la Distinción por la Cultura Nacional, La Fama y recientemente fue galardonado con el Premio de Cultura Comunitaria 2025 en la categoría de Personalidad Destacada.

"El Premio de Cultura Comunitaria es un reconocimiento a un esfuerzo de años y, sobre todo, a un resultado. Aunque no lo pedí, es una motivación por estar activo y a mantener la conexión con la historia. Aunque físicamente no esté en el mejor momento, a nivel mental sí lo estoy, con una visión que me gustaría haber tenido cuando joven. Tengo una visión más clara ahora de los procesos que viví.

“Continúo con el programa radial, porque se necesita seguir incentivando la cultura del debate en todos los escenarios posibles y desde la enseñanza de la historia esa es mi ayuda. Ir creando un pensamiento que se basa en la idea de que: solo sirve dignamente a la Revolución, el que, a riesgo de ser tomado por su enemigo, la defiende sin temblar de quienes la comprometen con sus errores ", concluye.

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