radiografíaEl Chocolate con Café permitió la vinculación de talentos locales con los artistas invitados.

Hay quien llegó a pensar que no se haría. El contexto económico, sobre todo, no era el propicio: los precios elevados, la escasez de recursos, la tensa situación de la electricidad, el transporte, los alimentos…, en fin, que pensar hace unos meses atrás con la sexta edición de un evento grande como el Chocolate con Café, era casi una ilusión, pero Waldo Mendoza y su equipo lo hicieron posible.

Cuando se anunció que se llevaría a cabo, no pocos cuestionaron la pertinencia de organizarlo, pero el empeño de los defensores de la cita fue mayor: los patrocinadores de Italia, la Asamblea Municipal del Poder Popular, la Dirección municipal de Cultura, incluso con la anuencia de nuevos actores económicos, la Cámara de Comercio de Cuba y el Grupo Agroforestal, entre otros.

 

“Como una bola de nieve, que suma y avanza”, así calificó al Chocolate con Café el empresario italiano y amante confeso de la cultura y los valores de Guantánamo, Michelle Curto. Y fue precisamente esa voluntad de aunar esfuerzos, de gestionar patrocinios y tocar puertas la que hizo posible desarrollar la festividad, del primero al 4 de diciembre.

 

Fueron cuatro días intensos (aunque el trabajo venía desde antes con el lanzamiento de la campaña en la Feria FIART 2022). Destáquense los conciertos en instituciones estatales y no estatales, las descargas de trova, bolero, changüí y música popular bailable, e incluso de copla y flamenco gracias a la presencia de la española Pilar Boyero.

 

Otro momento importante fue la primera edición de la Feria Empresarial y de Negocios BIOCUBA que buscaba crear en el Guaso la bolsa comercial de productos biorgánicos más importante de Cuba y el Caribe y que debe tener frutos a la larga.

 

Entre intercambios empresariales, rondas de negocios, presentaciones investigativas, conferencias, catas especializadas de productos, y otras actividades se desarrolló el encuentro, que aunó a unos 80 expositores de una veintena de entidades del país y empresarios italianos de Lavazza y celebró los resultados del proyecto BioCubaCafé, del Grupo Agroforestal de Cuba, que consolidó la cadena de café en Santiago de Cuba, Granma y Guantánamo.

 

También hubo en esos días de Festival un renacer de opciones culturales y gastronómicas en el centro de la ciudad, con la Noche Guantanamera -ahora en la calle Calixto García-, y las actividades que tuvieron por sede al centro cultural Huambo, las casas de la Trova, del Joven Creador y del Changüí, el café cantante América, la Plaza polifuncional Pedro A. Pérez y la sede de la Unión de Escritores y Artistas (Uneac), activas diariamente con las actuaciones del talento local e invitado.

 

Bien recibidos fueron el mega concierto en el estadio Van Troi, la extensión de la programación hasta los municipios de Yateras, Manuel Tames y Baracoa, el espacio El Cafetazo en la tardes desde el patio de la Uneac, así como la tradicional feria de artesanos en el bulevar de Crombet y las salidas en las tardes de un piquete de conga para poner a bailar a los citadinos.

 

El evento fue superior en su pluralidad de opciones, en las instalaciones utilizadas -se incluyeron varias mipymes-, y en número de invitados entre artistas y empresarios, incluyendo representantes de Cuba Ron, el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y los patrocinadores.

 

Sin embargo, aún entre tanta energía positiva, el Chocolate con Café sigue arrastrando problemas que laceran la intención y efectividad del evento.

 

Comencemos por mencionar la programación, en constante cambio incluso durante la propia festividad, la ubicación de actividades en lugares no acordes con el formato, el estilo y seguidores de algunos artistas, lo que provocó que conciertos como el de Luis Franco (previsto en el bar La Ruina) y de Haila María Mompié (en el bar DownTown) se suspendieran.

 

Tampoco se respetaron los horarios, como ocurrió en el mega concierto en el estadio, que en vez de iniciar a las 10:00 pm lo hizo a las 12:00 am; la cantata en Ciencias Médicas que rompió a las 6:00 pm con el público esperando desde las 3:00 pm; y el concierto de Buena Fe en la Plaza polifuncional y de Haila en el Huambo.

 

Otro lastre fue la coincidencia de las actividades de la Noche Guantanamera con las actuaciones de los artistas convidados al Festival. Por ejemplo, en el café cantante del Cine América prácticamente era imposible escuchar las melodías del Dúo Iris y Orlis Pineda, pues al frente estaba la peña de soul con el volumen al máximo.

 

También hubo dificultades con el alojamiento, donde no todos tenían las condiciones idóneas, como fue señalado por algunos artistas y es algo que se debe resolver desde el territorio.

 

Debe seguir creciendo en organización, planificarse con más tiempo, y asegurar la logística que nos corresponde; para que nada lastre el alto vuelo de la cultura y la utilidad económica que alcanza el Festival, al cual, a pesar de todo, los artistas y empresarios quieren volver.

 

El Chocolate con Café debe transformarse desde dentro para que no pierda brillo ni calidad ese proyecto integrador que vincula la cultura, la ciencia, la comunidad, los actores locales, la participación empresarial y de negocios y la cooperación solidaria, como un aporte al desarrollo de Guantánamo.

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