El guantanamero Alguimis Zulueta Blancart es el autor del poema ganador del primer premio del XXXI Certamen de Poesía convocado por la Asociación Centro de la Mujer de Urbanización Mediterráneo, de la ciudad española de Cartagena, en la región de Murcia.
Metodólogo de Literatura en el Centro provincial de Casas de Cultura, Zulueta Blancart, de 46 años, manifestó a Venceremos su satisfacción por su primer lauro a ese nivel, otorgado al poema Homenaje, inspirado por su progenitora.
El texto fue merecedor del fallo favorable del jurado y del agradecimiento y cordial saludo de María Alcaraz Hernández, presidenta de la organización convocante, al informar el resultado al autor y a los medios de comunicación.
El también editor de la editorial El Mar y la Montaña, de Guantánamo, ha publicado poemas aislados, prepara su primer libro y ha sido coeditor de Extremo oriental, una antología de versificadores inéditos del territorio en 2019.
Texto del poema premiado:
Homenaje
A Rosa Blancart Matos
Compañera de las madrugadas
y del olor a café,
mi madre nace diariamente en la cocina.
Es un río atravesando la casa,
alimentándola con su respiración.
Bajo el vendaval de platos y cucharas
distribuye a partes iguales nuestra existencia.
Terca olvidadiza de su felicidad
se hunde en las profundidades de sus hijos
con su atuendo de nervios y preocupaciones.
No la aburren las paredes sin historias,
nadie la espera en el fondo de una canción;
sobre el piso de la sala desliza un trapeador
como dedos sobre las teclas de un piano.
Mi madre los domingos tiende al sol sus pensamientos
y echa a volar su edad entre los muebles;
lleva el color del hambre en la mirada
y en el pecho un puñado de recuerdos.
¿De qué lado del amor te sientas, madre,
a contemplar el invierno de tus uñas,
la marcha indiferente de tus cabellos,
el horizonte destrozado en tus arrugas?
¿Qué ángeles esperas de este cielo
de cuartos estrechos y persianas rotas,
qué paz de las goteras,
qué risas de las manchas y el polvo en las mesetas,
compañera de las madrugadas
y del olor a café;
qué vuelo de tus hijos,
si no alcanzaron alas
en las interminables colas del mercado?