Anselma“Estar lejos ha sido muy difícil”, asegura Anselma, mientras lidia con la realidad de uno de los países que se mantienen con el mayor número de contagiados y muertos por el nuevo coronavirus en el mundo. Me escribe desde su celular y casi puedo imaginarme su insistencia en cada letra para ser lo más precisa posible…, “sofocando” sus ojos y su paciencia en medio del aislamiento social en casa y tierra ajenas…, “por consideración al medio de prensa que represento” y, aunque no me lo dice, también porque ella, Anselma Betancourt Pulsán, no deja cosas por decir, si las cree necesarias.

En unos días, se cumplirán dos meses desde que el cierre de fronteras por la propagación de la COVID-19 en medio mundo la retiene en España, país que le abrió las puertas el pasado 4 de marzo como invitada a la Jornada de Socidrogalcohol, y ahora la acoge como hija adoptiva al abrigo siempre caluroso de la amistad, hasta que se retomen los viajes.

Estas no son las primeras palabras que llegan a la prensa cubana sobre la espera de esta guantanamera -ya Trabajadores había entrevistado a la Doctora en Ciencias de la Salud, Máster en Ciencias en Drogodependencias, especialista de Segundo Grado de Fisiología Normal y Patológica y profesora de la Facultad de Ciencias Médicas.

Me aclara, primero, que ya no está en Madrid –donde debía sesionar la Jornada, a la que llevó dos ponencias- sino “en la ciudad de Valencia, en la casa de una persona extraordinaria, muy cálida. En 1995 estudié aquí y en este nuevo viaje, el país me ha acogido con mucho afecto” y cuando dice país, uno entiende amigos, gentes queridas.

Tienen nombres. Algunos no quisieron -prefieren seguir, como hasta ahora, anónimos- “pero todos son hermanos, amigos por más de 20 años a pesar de distancias y avatares, que además respetan y aprecian a nuestro pueblo: los doctores Rafael Forcada, María Pilar Urdaniz, Javier Garrabella, Eduardo Brik, Carmen Bermúdez, Belkis Lobaina, así como Carmen y Salvador, siempre en mi corazón”.

La España del COVID la ha conmovido. Lo confiesa. A Trabajadores dijo que en medio de la pandemia, notó crecer la solidaridad -con aplauso a los médicos de fondo, siempre a las 8 de la noche- entre vecinos que antes si acaso intercambiaban saludos. Pero ha pasado un mes, y pregunto de nuevo, por la experiencia.

Lo más fuerte, el confinamiento, las cifras de contagiados y muertos creciendo por días. “La evolución de la pandemia ante mis ojos fue como olas que parecen muy distantes –aunque al final no lo estén.

“Algunos -habla ahora la experta científica- ponemos atención desde los inicios, al cambio de color del mar, a los vaivenes de su temperatura, al ruido de las olas contra el arrecife: pero a muchos el ego les hizo creer que si algo pasaba sería, como siempre, a "los otros", de modo que olas de alturas inimaginables nos tomaron por sorpresa, y un tsunami inmensurable nos alcanzó a todos, a todos”.

Los errores, insiste, están a la vista. “La Organización Mundial de la Salud es clara en las medidas para prevenir el virus y alertó que no cumplirlas podría tener mayores problemas y costos para los sistemas sanitarios. Y es lo que hemos visto. Las estadísticas con las cifras de contagiados, de muertos, que no son números sino seres humanos, con nombres, apellidos, familias que sufren, huérfanos, dolores irreparables”.

Por eso, insiste, “es tan importante fortalecer los sistemas de control para romper la transmisión, así como las instalaciones sanitarias y con ellas, las garantías de los más vulnerables. Esta situación también ha puesto sobre la mesa la urgencia de adoptar un enfoque multisectorial”.

La provoco. ¿Cómo ve a Cuba y su actuar, desde la distancia, desde lo que le cuentan los amigos, la familia, lo que logra ver en los medios de comunicación?

“En sentido general, pienso que nuestra población cumple con las medidas que -siguiendo la experiencia internacional- se adoptaron en Cuba ante la pandemia: el quedarse en casa, el uso del nasobuco, el lavado de las manos, el distanciamiento social, entre otras… Pero nunca será suficiente la promoción de salud, por eso hay que seguir explicando a las personas el porqué de cada decisión, de cada restricción. Hacer todo lo que se debe, y se puede hacer.

“Como país, reaccionamos bien, aumenta el activismo comunitario, y se avanza en los protocolos médicos. Me enorgullece la consagración, cooperación y convicción de mis colegas en la atención a los pacientes”.

Luego habla de la prevención. Martiana como es, no se resiste a la frase de que justo ahí está todo el arte de salvar. Sabe, además, que no es la única. Nuestro país, sus profesionales creen en ese antídoto contra el error y lo irreversible. Ha dicho, incluso, que visto todo cuanto ha sufrido España, valora todavía más el enfoque cubano.

“Nuestro modelo preventivo es perfectible, pero tiene una gran cobertura de médicos de la familia –según una nota del MINREX, el país dispone de 95 mil galenos (nueve por cada mil habitantes) y 84 mil enfermeras- que nos permite hacer los que muchos otros países no pueden: pesquisas, control de focos, aislamiento de contactos, atención a los más vulnerables… Y ganar en eficacia.

Anselma herpoínaMomento en que entregan el título honorífico de Heroína del Trabajo de la República de Cuba a la Doctora Anselma Betancourt Pulsán.

“Un potencial que nos da cobertura para afrontar la pandemia en el país, y asistir a otros pueblos, ya no del tercer mundo, sino del primero, con solidaridad sincera, a pesar de las restricciones económicas y el bloqueo estadounidense, que se recrudece”.

Ella también pone su parte, su grano de arena en el país de Cervantes, Serrat, Sabina y el Mediterráneo, sin conformar brigadas, sin “estar de misión”, porque la solidaridad nace y solo si nace, bien crece. “Colaboro con la atención de adultos mayores, los más afectados en este país: la cuota de muertes en este grupo por la COVID-19 es alucinante”, relata.

No es solo la enfermedad el sino de un anciano: “Hay sentimientos de soledad, ansiedad, depresión que debemos mitigar porque muchos ancianos viven solos o en residencias. Estar aislados, confinados durante 40 días y más, es difícil para todo el mundo, pero extremadamente duro si eres un adulto mayor, por eso hay que protegerlos del nuevo virus, y ayudarlos a mantener el equilibrio emocional. Ellos merecen todo el cuidado y el amor”.

Asistir a otros -lo asumo, todos en algún momento hemos preferido hacer para evitar pensar, preocuparnos de más- la ayuda a estar lejos de la tierra que la vio crecer y crecerse, pero es “difícil”, lo escribe la primera vez, lo repite luego.

“Los que me conocen saben que amo a Guantánamo y que si vivo allí es por decisión propia y no por falta de oportunidades. Ahora extraño muchas cosas, nuestras voces “cantarinas”, el sol al amanecer, la alegría de vivir y el optimismo incurable de sentirnos vencedores”.

Su alma y pensamientos -asegura, no obstante- siguen anclados aquí, “junto al recuerdo de mi madre amada, con mis seres queridos, mis compañeros de la Universidad y la Dirección provincial de Salud, mis estudiantes de Ciencias Médicas, y mi pueblo. Además, leo, escucho nuestra música, veo algún que otro documental y sopeso, desde la distancia, nuestras virtudes y defectos, aunque como canta Omara Portuondo, vivo en Cuba y me muero siendo cubana”.

Anselma clasesEl aula entre las pasiones de la profesora titular de la Universidad de Ciencias Médicas de Guantánamo.

Se ha tomado su tiempo. Añora, pero sigue creciendo, prepara dos artículos, se mantiene gestando proyectos, fortaleciendo su fe en Dios y el ser humano: No sería Anselma, si se dejara vencer por el encierro.

“Estas semanas, por cierto, me permitieron un enriquecedor intercambio afectivo, de conocimientos culturales y científicos con amigos como la licenciada argentina Nelly Puyal, la ex Ministra de Salud de Costa Rica, doctora Giselle Amador; las licenciadas María Gabriella Sartori y Rossana Riedi; el doctor Germano Zanusso…, todos conocen a Guantánamo y nos tienen un gran afecto, al igual que al pueblo de Cuba”.

¿Qué le preocupa?, le insisto y sus preocupaciones son las mismas de todos:

“Algunos irresponsables, indisciplinados e indolentes, que incumplen las medidas sanitarias, y siguen en las esquinas consumiendo bebidas alcohólicas, sin nasobuco o usándolos como "baberos", que salen a la calle sin necesidad, no guardan el distanciamiento... y ponen en riesgo la vida de todos”.

¿Cómo ve el mundo después de esta pandemia? Usted dice que sus aplausos a los médicos son también por un futuro que espera superior, pero algunos estudiosos dicen que el día después de la COVID-19 podría derivar en más cercos, en más recelo con la otredad, con los inmigrantes, con el extranjero en general. ¿Todavía cree que seremos mejores?

“Tengo fe porque creo en los jóvenes, en los niños -manifiesta-. Creo en su inteligencia, su bondad interior, y sobre todo en su capacidad de ser solidarios y cambiar el estado de las cosas que ha develado esta crisis sanitaria: la miseria moral de unos pocos desalmados y corruptos que tienen a la gran mayoría de la humanidad en la pobreza, el desempleo, el hambre y la desesperación.

“Veo el mundo tras el nuevo coronavirus como a un enfermo que luego de estar muy grave, sabe que puede recaer si no cambia su actuar en relación con muchas cosas: abuso del medioambiente, guerras, manipulaciones mediáticas…, y sus prioridades para centrarse en la honestidad, la responsabilidad, el respeto al derecho ajeno, la justicia, la equidad. Si no se transforma, nos esperan grandes incertidumbres, penas y obscuridad..., pero creo en el Bien y el Amor”.

Atesora, desde su fe, las enseñanzas de este tiempo. “Hay muchas lecciones, como la urgencia de incrementar los presupuestos que el mundo dedica a la salud, el medio ambiente; la importancia de la ciencia, de escuchar a los científicos, y de usar bien las redes sociales y los medios de comunicación.

“Pero lo primero que sé es que, como dijera Salomón, esto también pasará”.

Algunas de las entrevistas anteriores:
Anselma entre claves y misterio
El orgullo de Anselma

Comentarios   

0 #1 Mimisma 30-04-2020 17:35
Esa es la Dra Anselma, orgullo de la tierra guantanamera
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0 #2 Iralis del Milagro 01-05-2020 05:48
Quiero mucho a mi profesora
Dios me la cuide y bendiga.
Juntos venceremos al covid.
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0 #3 Roxaine Matos Claro 01-05-2020 13:45
Anselama Betancourt #la_excelencia_profesional
Una gran profesora y un gran ejemplo a segui
#No_Drogas
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