MausoleoMonumento erigido en La Confianza al Mayor General Pedro Agustín Pérez, comandante del alzamiento del 24 de febrero de 1895, con el que inició la Guerra Necesaria convocada por José Martí. El sitio, convertido en Mausoleo del Mambisado, atesora los restos de los combatientes de aquella gesta.

Hace 127 años se produjo en Guantánamo la primera acción armada victoriosa de los cubanos por la independencia. El ataque y toma del fuerte español de San Nicolás, en Morrillo Chico, el 24 de febrero de 1895, se incluyó en un conjunto de acciones patrióticas en la región, como parte del plan de alzamiento simultáneo ordenado por José Martí para iniciar la Guerra Necesaria que condujera lo más rápida y generosamente posible a la nación a librarse del yugo colonial.

Morrillo Chico está situado en la zona costera de Hatibonico, al oeste del actual municipio de Caimanera. El estratégico puesto colonialista era defendido por una docena de militares. Fue atacado y reducido por un grupo de independentistas guantanameros, comandados por Enrique Tudela García.

 

Ninguno de los otros levantamientos de ese día en el resto de la Isla tuvo resultados de similar magnitud. Los del occidente fracasaron pese a la decisión de los patriotas, incluido el de Ibarra, en Matanzas, encabezado por el propio Juan Gualberto Gómez, delegado de Martí. En oriente se pronunciaron en diferentes lugares, aunque sin enfrentamientos efectivos con las fuerzas colonialistas.

 

Solo en Guantánamo, Pedro Agustín Pérez, jefe político y militar de los confabulados, aseguró el cumplimiento de un plan vasto a la orden dada por Martí, jefe de la Revolución, y llegada aquí desde Santiago de Cuba, donde el aguerrido Guillermón Moncada era la cabeza de los más decididos en el sudeste oriental.

 

Únicamente en Guantánamo, en la finca La Confianza, ese propio domingo se levantó un acta de constancia del alzamiento, a iniciativa de Emilio Giró Odio, enviado personal de Antonio Maceo. El propio Pedro A. Pérez la firmó, junto a otros, aquel día, después de pronunciarse en su finca de Boca de Jaibo, y proclamaron su consigna de ¡Viva Cuba Libre!

 

En Morrillo Chico los patriotas le causaron dos bajas al ejército colonial, hirieron a tres soldados e hicieron prisionero a otro, además de obtener armas y municiones, desactivando el puesto costero, acción proseguida por el ataque infructuoso al fuerte El Toro, en la bahía.

 

Como jefe de los independentistas de la región, Periquito Pérez ordenó y aseguró el alzamiento de grupos de insurrectos en casi una decena de puntos, secundando con decisión el grito del alzamiento: ¡Independencia o muerte!

 

El coronel Juan Copello, jefe de la plaza española de Guantánamo, no pudo frustrar el levantamiento, pese a que ordenó, antes de los hechos, detener a 35 connotados conspiradores, como Periquito, Evaristo Lugo, Dionisio Babastro, los hermanos Emilio, Enrique y Vicente Tudela, Enrique Brooks, Manuel Fonseca, Víctor Manuel Caballero, Bartolomé Magdariaga y Prudencio Martínez, en la Villa del Guaso.

 

Enrique Brooks y Pedro Ramos, al frente de más de un centenar de hombres, ocuparon en el ingenio Santa Cecilia las armas allí existentes. Las acciones de Morrillo Chico y El Toro respondieron a lo indicado por Maceo desde el año anterior, de arrasar los fuertes de la costa para facilitar los desembarcos de expediciones al recibirse la orden de alzamiento.

 

Tras el 24 de febrero hubo otros enfrentamientos armados en Guantánamo. El 25 una partida tiroteó el cuartel de la Guardia Civil, desde los Altos de San Justo; el 26 las tropas de Periquito combatieron en la finca La Gloria contra los soldados españoles, dirigidos por el teniente Muñiz, y el 4 de marzo, en Los Mamoncillos de Ullao, fue herido Alfonso Toledano, quien sería el primer mambí caído en combate en Guantánamo, pues murió días después.

 

Los prestigiosos historiadores nacionales Fernando Portuondo y Hortensia Pichardo, al igual que los guantanameros José Sánchez Guerra y Wilfredo de Jesús Campos Cremé, entre otros, han destacado la singularidad y relevancia combativa del escenario local, en esa jornada de gesta. Su defensa más temprana y apasionada -incluyendo la ejemplaridad de Pedro A. Pérez en la dirección del levantamiento en la localidad- corresponde al coterráneo Regino Eladio Boti.

 

En una reciente edición de la obra de Boti sobre el 24 de febrero de 1895, por la editorial local El Mar y la Montaña, una nota destaca “la confirmación de justicia a Guantánamo, cuyo protagonismo en estos acontecimientos ha sido ignorado o menguado con reiteración. El levantamiento simultáneo de la Guerra Necesaria el 24 de febrero representó el grito de la Independencia de Cuba, épica jornada que reabrió las puertas de la Revolución y ratificó la unidad patrocinada por Martí”.

 

Las nuevas generaciones deben conocer y estar orgullosas de la actuación tan decidida de sus compatriotas locales en la dirección correcta en su momento histórico, para viabilizar el alto propósito de la independencia cubana, bajo la guía de José Martí.

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