pablo soroaSoroa atesora una larga lista de reconocimientos, entre ellos: el Premio Nacional de Periodismo Científico Gilberto Caballero por la Obra de la Vida y en 2018 recibió La Fama, Símbolo de la ciudad de Guantánamo.

Ni siquiera él se imaginó que Guantánamo sería el lugar definitivo para realizarse como profesional.

Por aquellos días del año 1972 se corrió la noticia de que al periódico Venceremos le estaba asignado un licenciado en Periodismo, proveniente de la Universidad de La Habana; pero el verdadero acontecimiento sería que se trataba del primer graduado que asumiría esta función en la prensa local.

Aquel suceso despertó curiosidad y expectativa entre los trabajadores del órgano y llegado el día, algunos de ellos junto a otros directivos acudieron al lugar de alojamiento a recibirlo.

Días después llegaba por el expreso de ferrocarril la paquetería que no pudo traer consigo, un considerable volumen de libros embalado en cajas, que representaba para él su preciado tesoro, su biblioteca personal.

Y de nuevo estábamos allí y lo ayudamos a acomodar todo aquello en una habitación contigua. No sé por qué alguien de los presentes exclamó con admiración: “Don quijote y su biblioteca andante”, a lo cual el aludido respondió:

“Mi única adicción es la lectura, mis libros son el alimento del alma, donde yo vaya ellos irán conmigo”, así sellaba su llegada a este terruño el periodista Pablo Soroa Fernández.

Fidel y PabloPablo Soroa trabajó como periodista en visitas del Comandante en el territorio más oriental

¿Por qué elegiste a Venceremos para ejercer la profesión?

“Realmente en un principio no fue una elección mía, yo había recién terminado el primer año y ya mi vinculación con el Partido fue tan estrecha, y la simpatía que me inspiró Guantánamo tan grande, que el entonces miembro del Buró Regional del Partido, Eugenio Friol, a instancias mías, solicitó en fecha tan temprana a la Escuela de Periodismo de la Universidad de La Habana, que me ubicara en Venceremos, lo cual ocurrió en efecto en 1972, una vez concluida la carrera.

“Recuerdo cuando el director de la escuela me llamó para mostrarme la solicitud, te puedes imaginar que hoy, medio siglo después, considero uno de los reconocimientos más importante en mis 76 años de existencia.

“Una vez graduado, vine para Guantánamo, donde llegué a desempeñarme como Jefe de Información de Venceremos, solamente hasta fines de 1973 en que mis condiciones de salud se habían deteriorado, sumado a ello dificultades serias con mi alojamiento, y regresé a La Habana.

“Después tuve una segunda propuesta de trabajo y la seguridad de optar por una vivienda y me regresé de nuevo a trabajar a esta tierra. Aunque nací en Pinar del Río, me considero guantanamero: llevo aquí 47 años, poco más de la mitad de mi vida”.

“Durante todos estos años tuve la suerte de ser testigo, como reportero, de muchos eventos notables. Te puedo destacar entre ellos la cobertura que di, enviado por Juventud Rebelde, a las primeras elecciones a delegados a las asambleas municipales del Poder Popular, que se extendió por diez días.

“Formé parte de la comitiva que acompañó a Fidel a la Cuna de la Revolución, junto a los jefes de Estados Samora Machel y Mengistu Haile Mariam.

“Del periplo del Comandante en Jefe por Guantánamo, reporté su visita en 1981 al Valle de Caujerí en ocasión del 17 de mayo, Día del Campesino. El recorrido de Fidel y acto provincial del 26 de julio de 1985, XXXII Aniversario del Asalto al Cuartel Moncada; y de nuevo tuve la oportunidad de tributar las actividades del líder de la Revolución en el acto nacional de inicio de la medicina general integral en las montañas, en Cajobabo.

pablo magdaPablo y su esposa Magda

En Venceremos también encontraste a Magda, una persona imprescindible en tu vida profesional y sentimental.

“Magda es una excelente periodista. Nos conocimos en los trajines de Venceremos. Un día sin darnos cuenta comenzamos a mirarnos diferente, a hablarnos diferente, y surgió química entre mi colega y yo, nos enamoramos y nos casamos. Ella es mi primera lectora, y para bien, mi más tenaz crítica. Es mi esposa, mi confidente, mi amiga, mi gran amor eterno”.

Pablo es de las personas que no concibe la jubilación como la última etapa de la creación intelectual. Actualmente trabaja por contrato para la Agencia Cubana de Noticias como periodista y eventualmente labora para otros organismos e instituciones.

Su corazón y su espíritu lo avivan a negar sus 76 años de vida. Así nuestro “ingenioso Hidalgo” se echa a andar día a día por las calles de su Guantánamo, al encuentro de la noticia, con su portafolio y su agenda bajo el brazo y en su diestra como lanza aguda, una pluma.

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