La muerte de una madre o de un recién nacido es mucho más que una cifra en un informe. Es una tragedia que sacude a la familia, a la comunidad y al sistema de salud.
Al cierre del 12 de julio, el doctor José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, informaba que en Cuba se registraron 28 mil 400 nacidos vivos, 6 mil 738 menos que en igual periodo del año anterior, con 234 defunciones infantiles (26 menos). La tasa de mortalidad infantil se situaba en 8.2 por cada mil nacidos, frente a 7.4 del 2024.
La mortalidad materna, precisaba, había aumentado a 56.3 frente a 37.4, con 16 defunciones reportadas. Aunque ocho territorios mantenían la tasa cero, otras siete provincias registraban muertes maternas: Guantánamo, Holguín y Santiago de Cuba, tres respectivamente; Granma y La Habana, dos cada una; y Las Tunas Mayabeque y Pinar del Río con una, las más afectadas.
A nivel de país tenemos una de las tasas más altas de mortalidad infantil, un tema muy sensible que nos ocupa a todos, asegura el Doctor Chibás Pardo. Para Guantánamo no ha sido buen año en cuanto a los indicadores del Programa Materno Infantil (PAMI), asegura el doctor Leinier Chibás Pardo, responsable del programa en la Dirección General de Salud. Se reportan 2 mil 982 nacimientos al cierre de octubre, 260 menos en comparación con el año anterior.
A primera vista, podría parecer una simple fluctuación estadística, pero las repercusiones son mucho más profundas. “El territorio se ubica entre las primeros del país en cuanto a indicadores desfavorables, especialmente en lo que respecta a la mortalidad infantil, con una tasa de 11, 4 por cada mil nacidos”, comenta Chibás Pardo.
En su análisis, el doctor señala cpmp los municipios más afectados El Salvador, Baracoa, Caimanera, Niceto Pérez, Imías y Guantánamo, los cuales presentan un deterioro significativo en sus indicadores, especialmente en términos de mortalidad materna e infantil.
En estos territorios -precisa-, factores como la prematuridad, el bajo peso al nacer y las complicaciones derivadas de enfermedades hipertensivas gravídicas contribuyen significativamente a complicar la situación.
El índice de bajo peso al nacer ha logrado una leve disminución (menos 39) en comparación con el año anterior, pero sigue siendo elevado, ya sea relacionado con la prematuridad (partos antes de las 37 semanas) como con el crecimiento intrauterino retardado, CIUR, casi siempre debido a infecciones.
“Entre las causas subyacentes, tenemos una alta prevalencia de embarazos en adolescentes, que son particularmente vulnerables a complicaciones en el embarazo, y en muchos casos, la desnutrición materna contribuye a la condición de los recién nacidos”, explica el Dr. Chibás.
Enfatiza que muchas de las causas de este problema son prevenibles si se actúa a tiempo. "El seguimiento temprano, las consultas prenatales y la identificación de riesgos en las primeras etapas del embarazo son claves para reducir estos índices", comenta.
En este sentido, se toman medidas más específicas en los consultorios médicos y los hogares maternos, donde se realiza un seguimiento individualizado de las gestantes.
"Para nosotros es fundamental identificar el riesgo a tiempo, sobre todo entre las semanas 24 y 32 del embarazo, que es cuando se registran más complicaciones", explica.
El sistema de salud no puede funcionar aislado; requiere la colaboración constante entre diferentes sectores. Uno de los puntos de intervención más importantes en este trabajo intersectorial es el consultorio del médico y la enfermera de la familia.
"Ellos son la base de nuestra atención primaria. Son quienes primero identifican a las gestantes, brindan el acompañamiento inicial y tienen la mejor relación con la comunidad", comenta.
Los consultorios, agrega, están presentes en cada barrio, siendo el primer nivel de atención para muchas mujeres embarazadas. Desde ellos, se gestionan tanto los casos de riesgo como las consultas de seguimiento.
“Continuamos apostando a las acciones que han logrado reducir la mortalidad, entre ellas la reevaluación de todas las embarazadas y los niños, con equipos que se mueven en las diferentes áreas de salud. Se trabaja en individualizar los casos, para identificar los mayores riesgos, así como las evaluaciones genéticas”, detalla.
La atención prenatal y los hogares maternos
Revertir los desfavorables indicadores que presenta hoy el PAMI, “preocupa y ocupa a las autoridades del sector salud en Guantánamo, por lo que se implementan medidas orientadas a mejorar la atención y reducir los riesgos para las gestantes y los recién nacidos”, asegura el especialista.
Este año, la provincia ha abierto nuevos hogares en Maisí, Yateras y Caimanera, y se espera que en los próximos meses se inaugure el de San Antonio del Sur, y mantenemos salas de hospitalización en El Salvador y Manuel Tames, explica el especialista.
“Estos espacios, que ofrecen atención médica especializada a mujeres embarazadas, han demostrado ser una solución efectiva para evitar que las gestantes deban trasladarse a la ciudad capital de la provincia, lo cual representa un riesgo adicional.
“Queremos que las gestantes se sientan acompañadas en todo el proceso, no solo desde lo médico, sino también desde lo emocional. Estas madres necesitan estar cerca de su familia, y los hogares maternos permiten que esto sea posible al estar ubicados en los propios municipios de las embarazadas”, afirma.
En los hospitales provinciales también se fortalecen los servicios especializados, asegura. “La consulta de prematuridad es una de las más destacadas, orientada a identificar a tiempo a las gestantes con riesgos de parto prematuro. En este sentido, la labor preventiva es clave: cuanto antes se detecten las complicaciones, mayores serán las posibilidades de ofrecer un parto sin sobresaltos”.
Además de las medidas específicas para las gestantes y los niños, el programa de salud en Guantánamo ha puesto en marcha una serie de acciones intersectoriales para abordar otros problemas que afectan la salud materno-infantil.
Entre ellas, destaca el trabajo conjunto con la FMC, la Fiscalía y otras instituciones para garantizar que todas las gestantes reciban la atención adecuada.
“El trabajo que hacemos en conjunto con educación, la FMC, y otros actores es clave. Sin su colaboración, no podríamos atender de forma efectiva a las embarazadas en riesgo”, afirma .
A esto se suman otras acciones, como el seguimiento de niños con patologías graves, a quienes se les realiza estudios complejos, como tomografías o resonancias, que se llevan a otros centros provinciales, tan lejanos como Las Tunas o Villa Clara, para garantizar un diagnóstico adecuado.
Prevención del embarazo adolescente: un desafío constante
El embarazo adolescente sigue siendo otro de los retos de Guantánamo. Con un aumento en la cantidad de embarazos en menores de edad, el programa de salud mantiene un vínculo con las instituciones educativas y las familias.
“No es solo un problema de salud; es un problema social, que requiere la implicación de todos: educación, fiscalía, organizaciones de masas, comunidad, familia…”, señala el especialista.
De hecho, las estadísticas muestran que en lo que va de año, alrededor de 14 menores de 14 años han quedado embarazadas en la provincia, lo que implica un desafío adicional para los servicios de salud.
En este sentido, las autoridades de salud refuerzan políticas de educación sexual y la distribución de métodos anticonceptivos, especialmente entre las adolescentes.
A través de donaciones internacionales, como las del Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP), se ha logrado ampliar el acceso a métodos anticonceptivos en los municipios más afectados por este fenómeno.
Sin embargo, el Doctor Chibás reconoce que aún queda mucho por hacer. “Las adolescentes no están preparadas fisiológica ni psicológicamente para ser madres, y eso las coloca en una situación de vulnerabilidad que afecta tanto a ellas como a sus hijos”, explica.
Pese a los avances, la situación en Guantánamo sigue compleja, y Chibás Pardo no esconde que aún hay mucho trabajo por hacer.
“Es fundamental que cada vez más mujeres comprendan la importancia de ingresar a los hogares maternos y hospitales cuando sea necesario, incluso si hay resistencias o miedos. El lugar indicado para recibir la atención adecuada es el centro de salud”, subraya.
El especialista también hace un llamado a la familia guantanamera a tomar conciencia sobre la importancia de la lactancia materna exclusiva y el apoyo a las gestantes adolescentes.
“Debemos seguir insistiendo en la importancia de estos temas, porque los números nos indican que aún estamos lejos de la meta. Por eso, seguirá siendo nuestro mayor propósito que cada embarazo llegue a buen término, y cada niño que nazca, sobreviva, en ellos está el esfuerzo de todo un país comprometido con el futuro de su gente”.