La cinta Weapons, escrita y dirigida por Zach Cregger y distribuida por Warner Bros, se ha convertido en uno de los estrenos más comentados del año, generando en redes sociales un huracán de teorías sobre sus posibles subtextos y alusiones a hechos reales.
La historia, tan inquietante como ambigua, parte de un suceso estremecedor, 17 niños de una clase desaparecen sin dejar rastro, y solo uno de ellos regresa. Desde ahí, el pueblo entero entra en estado de vigilia y paranoia colectiva, en una búsqueda desesperada que revela más sobre los adultos que sobre los ausentes, con la inclusión de un personaje que reúne cada defecto de nuestra sociedad.
Cregger estructura el relato en múltiples perspectivas, fragmentando la narración para que cada personaje aporte su versión y, con ella, nuevas capas del misterio.
El resultado es un rompecabezas emocional donde la comunidad se descompone ante el miedo, y las víctimas se convierten en victimarios por pura desesperación.
En este contexto destacan las interpretaciones de Julia Garner (Justine Gandy) y Josh Brolin (Archer Graff), quienes encarnan a la perfección la fragilidad moral que el filme pone en evidencia.
Uno de los mayores aciertos de Weapons es su retrato del microcosmos de los pueblos pequeños, donde el trauma colectivo se enfrenta con la negación y el deseo de “volver a la normalidad”. Cregger logra que el terror psicológico surja no de lo sobrenatural, sino de la incapacidad humana para empatizar y actuar como comunidad. Cada personaje lidia en soledad con la tragedia, reflejando un individualismo que se convierte en el verdadero enemigo.
En términos cinematográficos, la película destaca por su atmósfera opresiva y visualmente coherente, con una paleta de colores ocre y gris que subraya la desolación emocional.
La actuación de Amy Madigan merece mención especial, su presencia en pantalla equilibra el drama y el simbolismo del relato, aportando tensión y un contraste visual que intensifica el discurso de Cregger.
Wepons termina yendo más allá del thriller. Según varios análisis en foros especializados, el filme podría ser una alegoría sobre los tiroteos escolares en Estados Unidos y la creciente insensibilidad ante la violencia, ¿será?
Archer uno de nuestros protagonistas, tiene un sueño donde alcanza a ver un rifle semiautomático, fácil de asociar a tiroteos, ahora esta referencia no es de a gratis como decimos en buen cubano, desde finales del siglo XX mínimo 431 personas han sido asesinadas mientras que mil 179 han resultado heridas en tiroteos en escuelas con niños como sus víctimas mayoritarias, estos datos los revela el periódico americano The Washington Post.
El guion también puede leerse como una metáfora global del desamparo infantil, mientras Weapons se estrenaba, se contabilizaban más de 15,000 niños fallecidos en el conflicto Israel–Palestina, y 34,000 heridos.
Cregger, consciente o no, traza un paralelismo entre la pérdida de la inocencia y la descomposición social que la permite.
En ese sentido, Weapons es una advertencia disfrazada de horror. Gladys como la villana principal puede percibirse como el monstruo, cuando realmente son las acciones de la cotidianeidad las que generaron el caldo de cultivo para los horrores, una sociedad desapegada a las necesidades infantiles, ciegos ante el maltrado e incluso inoperantes ante el genocidio.
El terror, por tanto, no proviene de un asesino o un monstruo, sino del deterioro colectivo, de esa normalización del sufrimiento ajeno que convierte el dolor en paisaje.
Cregger ya había explorado estos temas en Barbarian (2022), pero aquí alcanza una madurez narrativa mayor. Con una estructura sólida, personajes complejos y una puesta en escena contenida; Weapons logró lo que otros filmes de la misma estética fracasan en lograr, una historia que conecte a la audiencia con su versión más burda y cruda, una que logre mostrarnos la deformación propia.
Weapons me recuerda a la película ganadora del Oscar a mejor filme extranjero hace unos años Zone of Interest, donde su premisa estaba en la indiferencia y como es esa misma indiferencia la que nos lleva a cometer actos atroces.
El cine cada cierto tiempo nos regala piezas como estas y se agradecen porque Weapons es a todas luces un espectáculo de subtexto y un llamado a la acción para proteger a nuestros niños, una reflexión que nos llega a través de los múltiples lenguajes de la pantalla grande, es por eso que en efecto, es cine.




