maestra maisi La joven profesora asegura que la educación primaria constituye una etapa importante en la formación del estudiante. Foto: Jorge Luis Merencio

Dos me­ses de experiencia co­mo maestra han bastado a Adislania Domínguez Matos para encariñarse con sus alumnos y su profesión.

Así, con mucha pasión, lo confiesa esta jovencita, fruto de la nueva hornada de educadores incorporados a las aulas en septiembre último, con la expectativa y el deber supremo de constituir un puntal en la formación de las actuales y futuras generaciones.

Yo me hice maestra porque esa siempre fue mi aspiración. Tal vez por eso siento que me realizo rápido y que fluye tan bien la comunicación con mis educandos, los niños de tercer grado de la escuela Haidée Tamara Bunke, de Limones, en Punta de Maisí, relata la novel profesora.

Argumenta que en su elección profesional tuvo como antecedente el ejemplo de su padre, Anael Do­mínguez, de su hermano Adriel y de su cuñada Anniuvis Vega, quienes desde sus puestos como educadores le inculcaron el amor por la enseñanza.

Es curioso pues mi mamá, que es artesana, siempre me dice que hu­biese querido ser maestra, cuenta Adislania como para remarcar el ambiente educativo hogareño en el que se formó.

Esta maisiense se hizo maestra después de cuatro años de estudio en la escuela pedagógica José Mar­celino Maceo Grajales, en la ciudad de Guantánamo.

Su ubicación en el lugar de residencia, sus 19 años de edad y su menuda figura, lejos de constituir un problema en el desempeño de su labor, han facilitado la comunicación con sus diez alumnos, cuyos mayores problemas docentes, se­gún reseña, son con la ortografía.

“Trabajo duro para erradicar esa di­ficultad y estoy segura que con la participación entusiasta de los niños y los padres lo vamos a lograr. Para ello les hago muchos dictados, les reviso cotidianamente lo que escriben y les indico que lean bastante, pues no hay mejor maestro que la lectura.

“La educación primaria es una etapa importante, yo diría que decisiva, en la formación del estudiante, por eso hay que atajar a tiempo cualquier problema en el proceso de aprendizaje, para que no lo arrastren a otros niveles, y no les tronche su aspiración profesional”, diserta Adislania para agregar seguidamente que uno de los retos mayúsculos de los maestros es contribuir a la formación de valores en los niños.

Nuestra entrevistada comenta que como resultado de la política de flexibilización del proceso docente-educativo, imparte clases en el horario matutino y emplea las tardes en la planificación de las asignaturas que imparte: Lengua Española, Matemá­tica, El Mundo en que Vivimos, Edu­cación Laboral…; y en su preparación para afrontar las pruebas de in­greso a la Licenciatura en Pedagogía.

Prerreserva especial pedagógica, Domínguez Matos aclara que en las tardes sus alumnos son atendidos por los instructores de arte y los profesores de Educación Física, es decir, por los especialistas.

“Educar, transmitir los conocimientos que uno adquiere, es una de las tareas más lindas que pueden realizarse en la vida. Por eso es que soy maestra y que cuento con el orgullo y el apoyo de mis padres”, expresa finalmente.

Maisí, el más oriental de los municipios cubanos y uno de los más montañosos, graduó el pasado curso 27 maestros, todos los cuales trabajan hoy en escuelas rurales propias, ex­cepto los cuatro varones que cumplen con su año de Servicio Militar. Otros 60 jóvenes del terruño se forman como maestros primarios, de prescolar y de inglés en la Escuela Pedagógica José Maceo.

Fuente: Granma

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar

feed-image RSS