Puede decirse que la Guerra Necesaria se salvó el 25 de abril de 1895 en el Combate de Arroyo Hondo, en Guantánamo, cuando se preservó la vida de José Martí y Máximo Gómez, dos principales jefes independentistas cubanos, señaló hoy el historiador local José Sánchez Guerra.
Hace 123 años en esa crucial acción, a unos 12 kilómetros al este de la Villa del Guaso, 200 bravos mambises con José Maceo a la cabeza salieron victoriosos frente a medio millar de soldados españoles que pretendían aniquilar la avanzada martiana, reseñó a la ACN Sánchez Guerra, acucioso investigador y miembro de la Academia de Historia de Cuba.
Jornadas antes el Apóstol y el Generalísimo llegaban a la Patria por Playita de Cajobabo, para incorporarse a la Guerra Necesaria, y la tropa colonialista entonces al mando del coronel Juan Copello procuraba tenderles una emboscada -apuntó el estudioso-, pero la alerta oportuna de la patriota Inocencia Araújo evitó la consumación del plan de los peninsulares.
Esa cubana y el capitán mambí Modesto Pérez, nativo de Arroyo Hondo, formaban parte del servicio de inteligencia del adalid guantanamero Pedro Agustín Pérez, considerado por algunos historiadores uno de los más valerosos y capacitados jefes del Ejército Libertador en el oriente cubano.
Cada año por estas fechas vecinos de Arroyo Hondo, estudiantes, trabajadores, dirigentes del Partido y el Gobierno evocan con orgullo aquel combate y honran a uno de sus valientes, al coronel guantanamero Arcid Duverger Lafargue, veterano de tres guerras, quien con el coraje que le caracterizaba marchó adelante a su encuentro con la muerte y la gloria.
En un lugar cercano a la ofensiva se preservaba la vida del Apóstol José Martí, Delegado del Partido Revolucionario Cubano, quien en este paraje fue donde más cerca estuvo de un primer combate, y sobre la caída del guantanamero en su Diario de Campaña apuntó: “Murió Arcid Duverger el valiente, de cada fogonazo un hombre…”.
Mientras, el Generalísimo Máximo Gómez en su cuaderno personal da cuenta de aquella victoria con José Maceo al frente, y seguidamente lamenta: “En cambio, un claro sensible se ha abierto en nuestras filas en la sangrienta jornada del día 25: Arcid Duverger, uno de los jefes más intrépidos de los naturales de Guantánamo, fue muerto en tan rudo combate”.