Promover a la par el desarrollo social con el desarrollo productivo es un imperativo que se tienen hoy las montañas guantanameras, si se quiere comenzar a frenar el éxodo de sus habitantes hacia las cabeceras municipales y las ciudades, fenómeno que no han logrado detener ni la implementación de decretos como el 259 y 300 para la entrega de tierra, así como otras medidas.
Así fue el consenso entre los participantes en el Balance provincial del Plan Turquino en Guantánamo, la provincia más montañosa del país, programa que tiene entre sus principales retos detener precisamente el éxodo de la población serrana, como lo pidiera el Comandante en Jefe Fidel Castro, el 26 de julio de 1985.
En el encuentro Nancy Acosta Hernández, presidenta de la Asamblea provincial del Poder Popular, insistió en lograr direccionar el desarrollo integral de los territorios, y con énfasis en las montañas, a través de proyectos de iniciativa municipal que permitan diversificar y elevar las producciones y aumentar la calidad de vida de la población, a partir de sus propias potencialidades.
Con la presencia de Lázaro Vázquez, secretario de la comisión nacional del Plan Turquino y Rubén Batista, funcionario del Comité Central, el balance mostró los avances sociales de la provincia en las serranías, donde además se logró crecer en la producción de alimentos en alrededor de un ocho por ciento.
No obstante, se insistió en continuar trabajando en un grupo de problemáticas que inciden en la vida del poblador serrano como son la carencia de algunos medios y utensilios de trabajo, el transporte, el incumplimiento en el programa de la vivienda, así como por la Agricultura los contratos con los campesinos.
En el balance se reconoció a los municipios de Yateras, Imías y Maisí, como los de mejores resultados en el programa del Plan Turquino durante 2014.
