sequia guantanamo sur3La reducción de la entrega de agua de la presa Faustino Pérez por sequía y la salida de servicio, por mantenimiento, del bombeo de Camarones, obligaron a incrementar los ciclos de distribución hasta a cinco días y lastran la calidad del servicio que recibe más del 70 por ciento de los pobladores de la ciudad de Guantánamo.

Raúl Sayú Pons, director de la Empresa municipal de Acueducto y Alcantarillado, explicó que en estos momentos el embalse, a un 37 por ciento de su capacidad, redujo sus entregas a la urbe de 570 litros por segundo (l/s) a solo 450, como parte de una estrategia para extender su cobertura en el tiempo.

 

En estos momentos, precisó el directivo, los clientes del Acueducto Guaso reciben 250 l/s por medio del rebombeo del río Bano, y otros 150 a través de la conductora Jaibo-Bano, por gravedad, lo que reduce considerablemente las presiones con las que llega el vital líquido a los hogares.

 

A inicios de esta semana, además, la empresa anunció por los medios de comunicación la paralización por alta turbiedad del sistema de bombeo Bano debido a las precipitaciones de los últimos días. Para esta entrega se toma el agua directamente del río homónimo.

 

De acuerdo con el plan de mantenimiento en marzo debe incorporarse el bombeo del Canal Camarones, que aporta 200 l/s a la sexta urbe más poblada del país con aguas de la presa Jaibo, la cual hoy tiene su llenado al 27 por ciento.

 

Por su parte, el sur de la ciudad mantiene ciclos estables de cuatro días con la entrada de 400 l/s desde La Yaya, la mayor de estas obras ingenieras de la provincia, también a la baja en tanto solo embalsa el 26 por ciento de su aforo para 160 millones de metros cúbicos de agua.

 

Ante la depresión de los principales embalses que abastecen al municipio, se trabaja en variantes operacionales, con movimientos de válvulas en todo el sistema, para que el agua llegue, al menos, a las primeras plantas de los circuitos por 12 horas, que pudieran alargarse de ser necesario.

 

Sayú Pons aseguró además que cada semana, como parte de un programa para reducir pérdidas, se suprimen unos 25 salideros aunque alertó que hay roturas imposibles de resolver por ahora, debido al déficit de plomo necesario para soldar las tuberías más antiguas de la ciudad.

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