Setenta y cinco fuegos y más de 630 hectáreas afectadas es el saldo para Guantánamo de la temporada crítica de ocurrencia de incendios forestales que inició en enero y debe terminar el próximo 31, la más activa desde que se tienen reportes.
De estos eventos, 33 se clasifican como forestales (23 más que en 2022), y el resto como no forestales, en pastos, tierras en preparación…, precisó Ernesto Henry Ferrer, jefe especializado para atender la actividad de manejo de fuego del Cuerpo de Guardabosques en la provincia.
En el periodo hubo dos incendios forestales de grandes proporciones (de 50 a 200 hectáreas), en Alto de Ceiba de Yateras, que en 11 días de febrero quemó 192 hectáreas de bosque natural, y en La Mesa de la Tinta, en Maisí, que entre marzo y abril se extendió por 95 hectáreas.
La mayor parte de los fuegos en superficies boscosas de la temporada, registraron afectaciones de entre uno y cinco hectáreas (21) y por tanto se clasifican como de pequeñas proporciones, seguido por los medianos de cinco a 50 hectáreas, que fueron siete.
Tras investigaciones, se determinó que el ciento por ciento de los siniestros forestales fueron iniciados por el hombre, la gran mayoría por negligencias relacionadas con fumadores irresponsables, transeúntes, quemas para preparación de tierras, castradores de colmenas; y tres intencionales.
Actualmente no existen fuegos activos y, de hecho, el inicio de las precipitaciones reduce las probabilidades de las llamas, aunque se mantienen condiciones propicias como el abundante material combustible y el actuar negligente de las personas.
En cuanto a la vigilancia y enfrentamiento en la actual temporada, además del uso eficiente de los medios y fuerzas para hacer frente, incluso, a más de un incendio al mismo tiempo, se logró un mejor trabajo de conjunto con los tenentes de tierra, el gobierno y el servicio estatal forestal.
