Foto: Lorenzo Crespo Silveira

Hace meses concluyó en el país la zafra cafetera, y en Guantánamo, el municipio de El Salvador ayudó a consolidar a la provincia como uno de los principales cultivadores del grano en la Isla, al aportar 145 mil latas, de las más de 900 mil cosechadas en el territorio.

Estos resultados solo pueden ser posibles gracias a la organización y disciplina de los productores y directivos, comprometidos hoy más que nunca en hacer florecer este importante sector, a la luz de la actualización económica que vive la nación.

 La Empresa Agroforestal de ese municipio, uno de lo más afectados por el huracán Sandy en octubre de 2012, se levanta hoy sobre la base de un reordenamiento eficiente de los cafetales.

Para conocer cómo marcha la preparación de la nueva contienda cafetalera, que tradicionalmente inicia allí a mediados de agosto, conversamos con Rafael García Lao, director de la citada empresa.

 ¿Cuáles fueron los resultados de este municipio en la pasada zafra?

 En la temporada que concluyó, el estimado de recogida por latas fue de 145 mil 702, y al culminar sobrecumplimos el plan, al acopiar 146 mil 375 latas. Tales resultados conjugan con lo alcanzado en materia de rendimiento industrial, indicador este en el que logramos uno de los índices más altos de nuestra historia y el mejor de la provincia.

 Esto se traduce en que con las más de 300 toneladas entregadas a la procesadora Asdrúbal López, se obtuvo un 4.52 por ciento de rendimiento, gracias a la calidad del café, robusta y arábico, entregados a la industria para su beneficio. El mayor peso lo tiene la contribución y compromiso de la fuerza laboral, compuesta en su mayoría por campesinos de nuestras cooperativas, a los que les exigimos, desde el inicio de campaña, suministrarnos granos maduros de primera calidad.

 Estos logros no se hubieran alcanzado sin los recursos suficientes y la fuerza técnica y humana capacitada. Los productores cumplieron con los estándares de calidad exigidos y mejoró el proceso en las despulpadoras y, con ello, la calidad final del producto y su ulterior comercialización.

 Por eso, resulta necesario concientizar más a los cooperativistas de que la primera calidad se logra en el cafetal, porque es en el campo donde se realiza la primera trillada, esa que evita la entrega de granos secos, fermentados y verdes.

 ¿Cómo marcha la preparación de la próxima zafra?

 En estos momentos estamos inmersos en el acondicionamiento de las industrias procesadoras. Pretendemos poner en marcha la despulpadora de Bayate Abajo, con la que sumarían 18 las plantas en funcionamiento. De ellas, dos ecológicas, una en la zona de La Escondida y la otra en Bayate.

 La empresa, que trabaja con un plan de desarrollo hasta el año 2020, se ocupa hoy de la terminación de un Centro de Reproducción de Entomófagos y Entomopatógenos (CREE) para la aplicación de medios biológicos a las plantaciones.

 Y sobre la participación de estudiantes en la recogida de café ¿cómo se comportará este año?

 Desde la pasada zafra el número de alumnos de varias enseñazas que ayudaban en la recogida del grano ha disminuido y continuará reduciéndose. Este año se decidió que uno de nuestros campamentos, el de Limoncito, ubicado en la CCS Ernesto Che Guevara, quede inactivo para ese propósito, aunque le daremos mantenimiento.

 Esto se debe a que los productores han involucrando más a su familia y a los vecinos en la labor, los cuales juegan un papel decidor en el rendimiento de los cafetales.

 En cuanto a recursos indispensables en el café como los sacos y cestos, por ejemplo, ¿cómo garantizarán los suministros a los cosecheros?

 Existe un diseño nuevo en el que los productores adquieren sus recursos a través de las llamadas bases de abastecimiento, que ya prestan servicio.

 En este punto, y es cierto, muchos se quejan del precio de los insumos, alegando que han subido a raíz de su venta liberada, como son los sacos que pueden llegar a costar hasta 10 pesos, pero deben tener presente que también ha subido el precio de renglones que ellos producen, como maíz, frijol y malanga, y ya se subió el del café hace unos años y está de nuevo en proceso de aprobación otro incremento en este rubro.

 En este aspecto, experimentan transformaciones los productores, pues han incrementado su aporte y los precios, y en tiempo record, algo que resulta más que motivador. Hoy un quintal de frijol entregado a la Empresa Mayorista puede llegar a costar hasta mil pesos, menos el negrito y el caupí, que valen menos.

 Su economía crece y, a su vez, le permite y garantiza que estos no se desvinculen de la práctica agrícola ni que hayan comercializaciones ilícitas.

 Según el experimentado directivo, se va avanzando, pero tiene que llegar el momento en que haya mejor correspondencia en algo que necesita más concreción en el campo: El principio elemental de dar y recibir.

 Foto: Lorenzo Crespo Silveira

 

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar