Hoy son textos, mañana lecciones. - Un amor a distancia. | Amor a distancia,  Mensajes de texto de amor, Frases de amor a distancia¡Hola, amigos de Contigo! El amor es capaz de trascender cualquier barrera, incluso, la distancia física. Cuando dos almas se encuentran y se enamoran, su conexión se vuelve tan poderosa que ni siquiera la separación geográfica puede debilitarla.

En medio de la lejanía, el cariño encuentra la fuerza para crecer y fortalecerse, convirtiéndose en una llama inextinguible que ilumina vidas. Cada llamada telefónica, cada mensaje de texto, es lamanera de transmitir ese sentimiento y mantener viva la chispa que nos une a nuestros seres queridos.

Hoy, a petición de la lectora Ofelia Yrma Laguna Ramírez, compartimos un poema del escritor cubano José Ángel Buesa, como regalo a su esposo Eribel, con quien festejó su primer aniversario de matrimonio, recientemente. A pesar de la distancia física que los separa, sus corazones se encuentran más unidos que nunca. A ellos, la más sincera felicitación.

José Ángel Buesa, su autor, fue un destacado poeta y escritor nacido en la ciudad de Cruces, Cienfuegos, en 1910. En 1939 se exilió en México debido a su oposición al gobierno de Fulgencio Batista.

En ese país continuó su carrera literaria, y se convirtió en uno de los poetas más reconocidos de la época.

Sus poemas, caracterizados por su melancolía y sensibilidad, han dejado una huella imborrable en la literatura hispanoamericana y un legado poético que perdura hasta nuestros días.

Canción de la ausencia

Espero tu sonrisa y espero tu fragancia

por encima de todo, del tiempo y la distancia.

Yo no sé desde dónde, hacia dónde,

ni cuándo regresarás…

sé solo que te estaré esperando.

(...)

Cuando todos los astros se apaguen en el cielo,

cuando todos los pájaros paralicen el vuelo

cansados de esperarte, ese día lejano

yo te estaré esperando todavía.

No importa: aunque me digan todos que desvarío,

yo te espero en las ondas musicales del río,

en la nube que llega blanca de su trayecto,

en el camino angosto y en el camino recto.

Niño, joven o anciano, sonriendo o llorando,

en el alba o la tarde, yo te estaré esperando,

y si me convenciera que ese ansiado día

no habría de llegar, también te esperaría.

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