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Jóvenes cubanos, participantes en el Encuentro Juvenil de Amistad Cuba-Estados Unidos, y población de la capital rindieron homenaje a los ocho estudiantes de Medicina, a 151 años de su injusto fusilamiento, el 27 de noviembre de 1871.

Roberto Morales Ojeda, miembro del Buró Político y secretario de Organización del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y Jorge Luis Broche Lorenzo, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y jefe del Departamento de Atención al Sector Social, presidieron la ceremonia en la explanada de La Punta, donde está ubicado el monumento erigido en el lugar en que fue consumado el crimen.

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Estuvieron presentes también Jorge Luis Perdomo Di-Lella, vice primer ministro, Tania Margarita Cruz Hernández, viceministra primera de Salud Pública, así como autoridades del Partido, el Gobierno y la Unión de Jóvenes Comunistas en La Habana.

No se imaginaron los protagonistas de la arbitraria y siniestra condena que no conseguiría borrarlos y, por el contrario, ganarían el reconocimiento glorioso y un lugar especial en la memoria de las generaciones posteriores, afirmó Pedro José Ramos Toste, ideológico del Secretariado Nacional de la Federación Estudiantil Universitaria. 

Expresó que los ocho estudiantes son inspiradores de quienes representan los más altos valores patrios.

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La huella dejada por ellos sigue latente en las tradiciones de un pueblo que no deja de transformarse, coherentemente con sus principios, que conoce de la historia que defiende y la hace suya constantemente. 

El dirigente estudiantil señaló que es impostergable estar a la altura de los que marcaron el camino de la independencia y la dignidad, sin que nunca los obstáculos, las carencias o lo retos quebraran la voluntad de seguir adelante. 

Aquel 27 de noviembre de 1871, Carlos Verdugo, Alonso Álvarez, Carlos de la Torre, Ángel Laborde, Anacleto Bermúdez, José de Marcos Medina, Pascual Rodríguez y Eladio González fueron fusilados bajo la falsa acusación de haber profanado la tumba del periodista español Gonzalo Castañón, enemigo de la independencia de Cuba.

Otros alumnos del mismo curso recibieron penas de presidio, mientras que el hecho pasó a la posteridad como uno de los más horrendos crímenes del colonialismo español y uno de los capítulos más trágicos de la historia nacional.

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