La primera etapa de la reparación al parque José Martí de la ciudad de Guantánamo, que contempla el monumento al Apóstol y su entorno, culminó el pasado 19 de mayo en conmemoración a la a su caída en combate.

Dicen que si la gente está triste o animada el parque también lo está, porque allí se dan cita los artistas, los niños, los ancianos, las peñas deportivas con acalorados debates sobre la pelota; la población toda… Sus bancos son cómplices de quienes se encuentran, enamoran, intercambian, meditan, sueñan, “descargan”, y desde hace un tiempo se “conectan” con el mundo.

Su historia es tan antigua como la Villa misma. Para el año 1832 los pobladores solicitaron a las autoridades civiles y eclesiásticas el permiso para levantar un templo, petición aprobada cuatro años después, cuando se construyó además una plaza. Estas obras estimularon el crecimiento y embellecimiento de lo que sería a partir de entonces el centro de la ciudad.

En 1842 fue declarado Plaza de Armas, de conjunto con la Catedral Santa Catalina de Ricci –bautizada el 20 de julio de ese año como iglesia- y en 1888, con su primera transformación, fue denominado por el entonces alcalde Pedro Agustín Pérez como parque José Martí, y a las calles que le rodean se les otorgó nombres de patriotas.

La modernización del parque fue ordenada en 1953, cuando se develó la estatua del Apóstol, y el 20 de mayo de 1954 fue inaugurado oficialmente.

Desde entonces, el Parque ha devenido escenario de acontecimientos culturales, religiosos, políticos. En sus alrededores se concentra la vida socioeconómica de Guantánamo y dicen algunos, es “carta de presentación” de la ciudad para los visitantes y punto de referencia para los guantanameros.

Con el propósito de lograr un centro urbano más bello y ordenado se reanima el sitio, actividad en la que arquitectos, inversionistas, albañiles… participan desde el pasado de 16 de abril, fecha en que iniciaron las labores constructivas.

Como parte de la reparación es sustituido el mármol quebrado del óvalo central por losas rojas, y el piso de hormigón por mármol color crema.

Retoques capitales

Desde el punto de vista arquitectónico, el parque José Martí es único entre sus similares en Cuba. Deteriorado por el uso constante y la falta de mantenimiento desde 2011 –fecha de la última inversión-, ahora se ejecuta una intervención constructiva integral que busca resolver los problemas ocasionados por el tiempo y el olvido.

La inversión pretende, además, solventar dificultades con el drenaje de las aguas fluviales en los alrededores de la iglesia, así como iluminación, asoleamiento y la restauración de los bancos y la jardinería.

Considerada como una “reparación capital”, la remodelación está respaldada por la contribución del uno por ciento al desarrollo local, impuesto aplicado a empresas radicadas en el municipio cabecera y empleado en proyectos del propio territorio.

La obra, que inició sin un proyecto técnico ejecutivo, razón por la que se vio demorada algunos días, “es ejecutada por una brigada especializada de la Empresa Caguayo S.A de Santiago de Cuba, la cual tuvo a su cargo el trabajo con mármol realizado en el monumento La Confianza, en los baños de la Casa de la Cultura Rubén López Sabariego y el Hotel Martí”, explicó Ihosvany Fernández Fernández, director provincial de Servicios Comunales, el inversionista.

Participan en la reanimación especialistas de la empresa de Diseño e Ingeniería de Guantánamo, que ofrecen asistencia técnica, así como el Grupo para el Desarrollo Integral de la Ciudad (GDIC), encabezado por la arquitecta Zulma Ojeda.

La obra es ejecutada por una brigada especializada de la Empresa Caguayo S.A de Santiago de Cuba.

Tramo a tramo

En varias etapas está concebida la reparación, que se irá ejecutando poco a poco hasta llegar al cien por ciento del parque, para no afectar su funcionamiento.

La primera de ellas, ya concluida, contempló el monumento al Apóstol y su entorno. Para ello fue cubierto el piso con losas de mármol de color crema y rojo, lo que al decir del Director, imprime belleza y esplendor.

También fue dimensionada el área de la plaza martiana con el objetivo de incrementar la capacidad de ocupación de este espacio que acoge múltiples conmemoraciones. Ahí, fueron ubicadas de forma simétrica, a ambos lados, rampas para el acceso de personas discapacitadas, eliminándose así barreras arquitectónicas.

Alrededor de la figura del Héroe Nacional de Cuba se colocaron balaustres y se sembraron, en la jardinera frente al conjunto, plantas de buganvilla rojo enano, que al crecer y florecer, formen un gran manto rojo.

Además, fueron instalados reflectores en torno a la estatua y las seis palmas reales, símbolo de cubanía que representan las seis provincias que tendría la República soñada por Martí.

El segundo período, en marcha, y que incluye la reparación de los bancos en la medida que se ejecuten acciones por cada tramo, es valorado por la arquitecta Ojeda como “el de mayor complejidad, pues abarca la sustitución de las losas quebradas de mármol que conforman el óvalo central, por mármoles rojos, la reparación de los baños que reclaman de una adecuada impermeabilización para impedir filtraciones de la fuente, drenaje de las aguas que se acumulan alrededor de la iglesia y la restauración de la estatua de Pedro Agustín Pérez, junto con la sustitución del piso de esa área”.

Añadió que como parte del proyecto se pretende esculpir en mármol las flores de la fuente y reanimar la jardinería de modo que el ambiente luzca colorido y armónico.

Seguido se intervendrá en el área de la Ceiba, lo que incluye según el director provincial de Comunales, “levantar el piso de hormigón y en su lugar colocar mármol pulido, de modo que todo el parque quedará con piso de mármol brillado”, que si bien ofrece belleza y resulta deslumbrante, adolece de resistencia a la acción del sol y la lluvia.

Al decir de Aliosky Castillo Aragó, representante de Caguayo S.A y quien dirige la brigada especializada de doce trabajadores que allí laboran, los labores que se ejecutan, requieren de mucha terminación y de hacerse según el diseño de Samuel David López Caboverde, artista baracoense que tuvo a su cargo la idea.

El segundo período incluye la restauración de la estatua de Pedro A. Pérez, y la sustitución del piso de esa área por mármol rojo.

Detalles

Los guantanameros observan las jornadas de mantenimiento. Muchos acogen con agrado esta iniciativa de las autoridades gubernamentales y que responde al proyecto Imagen; otros llaman la atención sobre la necesidad de emplear materiales perdurables, que permitan la sostenibilidad de lo que se hace, para que al paso de los años, no haya que volver una y otra vez sobre la misma obra.

Llama la atención en el entorno martiano, ya concluido, que una de las losas tiene tonalidad diferente a las demás; la siembra de los arbustos en tierra que días atrás estuvo cargada de materiales de la construcción, y la necesidad de una mejor limpieza de las piedras del monumento, que simbolizan la firmeza del ideal que defendió nuestro Apóstol.

Estos detalles, unidos a la necesidad de una mejor terminación en los encuentros de las losas de mármol y la altura de los bancos, pudieran parecer preciosismos, más son necesarios para para no dar margen a la chapucería y lograr la calidad y un mejor acabado.

Sin lugar a dudas, la reparación al parque José Martí, Monumento Local, engalanará ese espacio con nuevos aires de contemporaneidad, un entorno cosmopolita que acoge la vida sociocultural y económica de la ciudad, sin perder jamás su esencia como sitio para la socialización, descanso y esparcimiento.

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