apuros de papaUna escapada mientras papá se enreda entre pañales. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

Peinar al menos una vez al día a la pequeña de nueve meses, Sofía Elena Neira Brook, es la tarea más complicada para el joven Alexander Neira Abreu -su padre- quien hace aproximadamente 20 semanas la tiene a su cuidado.

Cuenta que muchos de sus compañeros de trabajo y amigos del barrio decían que solo le faltaba amamantar a la pequeña, tras conocer que este graduado en Cultura Física se había acogido a los beneficios del Decreto Ley 234 “De la maternidad de la trabajadora”, puesto en vigor en 2003, que posibilita a los padres solicitar la licencia para cuidar a su bebé, pasado los tres primeros meses de lactancia materna.

“Cuando solicité a mi centro de trabajo acogerme a la licencia de maternidad de mi esposa la denegaron, pues decían solo se aplicaba en caso de ella fallecer.

“Al tiempo me avisaron que podía ser y desde entonces cobro el 70 por ciento de mi salario”, comenta.

Aunque en un principio las bromas siempre estaban presentes -asegura Neira Abreu- no se molestaba, pues apoyar a su pareja era lo más importante para él, “mi esposa Yanitza Brook Frómeta ya se había ausentado mucho al trabajo, ella es joven y tiene proyectos por cumplir, así que decidí darle una mano”, comenta la razón que lo impulsó a dar el paso.

apuros de papa2Práctica habitual… pero compleja. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

Las jornadas con papá

La pequeña Sofía fue atendida casi exclusivamente por la madre durante sus primeros tres meses, “en ese tiempo poníamos el despertador a las 6:00 am para levantarnos a prepararle la leche y dejar todo listo para que fuera menos lo que mi pareja tuviera que hacer, porque yo tenía que irme a trabajar”, describe cómo transcurrió el primer trimestre con un miembro más en la familia.

Hace cinco meses -precisa Neira Abreu- la historia es diferente. Ya prescinden del despertador: ahora Sofía es su pequeña alarma. “Ella con los gorjeos nos levanta, entonces la tomo en brazos y comenzamos a preparar el desayuno juntos, pero esta vez para mamá, quien es la que sale a trabajar.

“Cuando nos quedamos solos, lo primero que hago es dejar listo el yogurt -su merienda de las 10 de la mañana-, luego me pongo a adelantar el almuerzo para tener el puré listo a las 12 del mediodía, hora en la que regresa la madre por un rato, pues debe retornar a su centro a las 2:00 pm”, recuenta este padre de tres décadas vividas, quien además tiene dos hijas de 15 y 16 años, respectivamente.

“Bañar, vestir y alimentar a mi Chiquitiqui -como la llama cariñosamente- se me hace más fácil gracias a la experiencia que adquirí con mis primeras niñas” afirma mientras revela que peinarla y ponerle la felpa le da un poco de trabajo.

“Hay veces en que estoy como mil en un zapato, ¡imagínate! Quiero hacerlo todo el mismo día, organizar la casa, llenar los tanques, entre otras faenas, además de cuidar de Sofía, que es tranquila, pero en ocasiones le gusta entretenerse de más”, relata este hombre, quien asegura no es un amo de casa, solo prefiere aliviar las cargas de trabajo de su pareja.

Entre quehaceres domésticos y cambios de pañales, Neira Abreu, también cuenta con la grata compañía y ayuda -porqué no- de las pequeñas amigas de Sofía.

“Son muchas las niñitas que vienen a darme la mano (al entretener a Sofía) o a volverme más loco”, dice entre risas, “Salé, una de ellas, tiene cinco años y es la más cercana a mi hija. Se ponen en el piso a jugar, vamos al parque, paseamos, en fin otra más de la familia”, agrega y agradece la compañía de esta otra pequeñina.

apuros de papa3Dos placeres: la leche y posar para Lorenzo. Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

Sentimientos de la madre

“La niña tal parece que coopera con el papá, ellos, se entienden bien. A mí solo me mira cuando tiene hambre, casi me dejan de lado cuando se juntan”, comenta con tono divertido la madre de Sofía, mientras añade que fue complicado su período de gestación.

“Desde la siete semanas presenté problemas en el embarazo debido a un resbalón que me provocó un sangramiento. Por ello tuve tres meses de reposo domiciliario, y a las 26 semanas debuté con una diabetes gestacional.

“Cuando faltaban pocos días para dar a luz me caí en el baño del hospital materno y a partir de entonces se me afectaron los cartílagos, pero asimismo alumbré de forma natural”, y explica lo difícil que fue traer al mundo a Sofía, quien nació el 28 de agosto de 2015.

“Luego del parto me suturaron con 27 puntos, los cuales se desprendieron a los 30 minutos y tuve que someterme a un tratamiento intensivo para poder ser operada, estuve desde las siete de la mañana hasta las seis de la tarde en el salón para reconstruir mi órgano genital”, reseña lo doloroso de su proceso.

“Le agradezco mucho a mi esposo por su incondicional apoyo -esta es una ayuda grandísima- a nuestras familias, quienes también participan aunque en menor medida en el cuido de Sofía, una bendición de Dios”, manifiesta mientras precisa que por ahora no piensa darle un hermanito.

La licencia de Alexander se aproxima a su fin. El joven se llena de añoranzas por adelantado y asegura que “extrañaré estar a tiempo completo con mi Chiquitiqui, más ahora que la enseño a caminar, la envuelvo en una toalla y la pongo a dar unos pasitos”, comenta con expresión nostálgica aunque con el regocijo de escuchar por primera vez decir -en jerigonza- a su Sofía, la frase de papá.

apuros de papa4Los celitos de mamá no dejan de estar presentes. ¿Preferencias por papá? Fotos: Lorenzo Crespo Silveira

 

Comentarios   

+2 #1 Peter 20-06-2016 12:11
Realmente un ejemplo digno de lo que es un padre. Te admiro amigo :-)
Citar
+2 #2 Gladys Quintana 20-06-2016 14:26
Hermoso trabajo, sobretodo porque toca la sensibilidad humana al resaltar la importancia del apoyo en la relación de pareja y las obligaciones familiares. Muchas felicidades para la periodista y en especial para el padre por la entrega.
Citar

Escribir un comentario


Código de seguridad
Refescar

feed-image RSS