redes socialesLas redes sociales todo lo exacerban. Lo bueno y lo malo. En los últimos tiempos se ha visto un incremento de publicaciones que hablan de hechos delictivos y llaman a elevar el rigor en su enfrentamiento pero, como todo fenómeno social, merece una valoración no solo cuidadosa, sino también especializada.

 

La delincuencia, las indisciplinas sociales y las contravenciones no se enfrentan solo con sanciones o con el Derecho Penal, ni aumentando desproporcionadamente el poder policial y sus recursos.

 

Ese pensamiento es lo que en varios países a desembocado en Estados policiales que justifican violaciones al debido proceso (un tema que merece atención aparte) amparados en la defensa de la seguridad ciudadana. Y es a este último concepto al que debo referirme de manera particular:

 

La seguridad de los ciudadanos no solo se garantiza con mayor cantidad de policías o con sanciones más severas, sino con la creación de infraestructuras que permitan el normal desenvolvimiento de la vida en un país. Atacar a los comisores de delitos sería la solución más fácil y cómoda para los responsables de resolver los problemas sociales, pero atacar las causas del delito es lo más lógico y eficiente.

 

Si creamos cárceles como las del presidente Nayib Bukele (no olvidemos que las soluciones de un país no siempre funcionan en el resto), pero no arreglamos las bases sociales, no se ha hecho nada. La familia tiene que funcionar, la escuela tiene que funcionar, las instituciones tienen que funcionar.

 

Si se siguen creando espacios sin justificación alguna donde solo se va a consumir bebidas alcohólicas, se está favoreciendo el delito. Si el salario no alcanza (la pobreza no es justificación, pero es una base) se está favoreciendo el delito. Si no somos capaces de corregir a los más jóvenes a tiempo y dejamos que crezcan pensando en que nada importa, terminarán por no importarles ni siquiera la vida de los demás.

 

Por ello, nunca voy a desear más policías o menos garantías en un proceso penal, porque mañana nos va a pesar a todos más de lo que ya nos pesa. Equilibrio (algo de lo que carecemos tanto los cubanos, que cuando no llegamos nos pasamos) es la clave para una sociedad próspera donde confluyen las garantías y la seguridad.

 

Por cierto, los mismos que hoy piden la pena de muerte para los que cometen delitos contra la vida son los que mañana, si se aplicara, hablarían de las violaciones a los derechos. Así de volubles son las redes. Por eso, cada vez que escucho a alguien que pide tal sanción, recuerdo a José Martí en el único escrito que dedicó totalmente al Derecho como ciencia, en el que respondía al periodista francés Alphonse Karr, acérrimo defensor de la pena de muerte: "¿De qué sirven vuestras leyes?". Si esa sanción hubiese funcionado, ya no existirían criminales en el mundo. Muchas son las cosas a arreglar, no solo la delincuencia, que es un resultado y no una causa. Eso es lo que significa vivir en un Estado de Derecho.

Comentarios   

0 #1 Valentin Sanz 29-07-2023 14:26
Excelente artículo, muy bien escrito y razonado
(Nota: una pequeña falta (lapsus digital) en . "a desembocado", Falta la H.
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